En un momento en que la “pandemia” ha pasado a un segundo lugar tristemente por la “guerra de Ucrania”, me pregunto qué pasa con toda esa gente que ha sufrido tanto durante estos dos últimos años, y no, no voy a hablar del problema de salud físico que haya podido causar el virus, si no del gran dolor mental que ha dejado a su paso. Ese dolor que en la mayoría de los casos se sufre en silencio, en los hogares de cada una de las personas.
Ya a mediados del año pasado se pudo ver que los suicidios habían aumentado alrededor del 25 % y que había un gran incremento de consultas medicas en Salud Mental sobre todo de jóvenes y niños. El impacto de la pandemia en la salud emocional de la ciudadanía existe.
Evidentemente el diagnostico es necesario y ver las necesidades de refuerzo en Salud Mental de Osakidetza. ¿Pero mientras tanto qué? Qué está pasando y qué nos espera, no se puede esperar a ver cuál es el desenlace y luego empezar a dar palos de ciego y a parchear con soluciones alocadas lo que desde ya el año pasado veíamos que pasaba o iba a pasar.
En este momento en que sonreímos e incluso nos ilusionamos con la ansiada “fuera mascarillas” hay que hablar de datos. En 2020, los suicidios aumentaron un 27% en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa –unas 187 personas– y a su vez las consultas en Salud Mental. Se duplican los trastornos de conducta alimentaria, la depresión, la ansiedad. Y hablo de situaciones que han afectado y afectan a nuestros jóvenes, a nuestros adolescentes. Ellos van a ser el futuro de nuestro mundo, del lugar donde vivimos, no se nos olvide.
Y así volvemos al gran tema, Osakidetza y la necesidad de reforzar sus servicios. “Los datos oficiales indican que en la ultima década la Salud Mental ha perdido peso en el presupuesto sanitario, ha descendido un 10% el porcentaje del presupuesto que el Departamento de Salud destina a Salud Mental”.
No puede ser. La salud es pilar fundamental para el desarrollo de cualquier aspecto de la sociedad, si no es así construimos desde el tejado.
Ahora vienen unos días, también necesarios, de desconexión de tantas malas noticias en el mundo, pero… Unos minutos a la reflexión en nuestros descansos vacacionales, porque mientras se deciden a dar la importancia que tiene a la sanidad en este mundo, seguro que todos tenemos a alguien cerca a quien podemos acercarnos y escucharle. De verdad que hay personas que lo necesitan.
“Los datos oficiales indican que en la ultima década la Salud Mental ha perdido peso en el presupuesto sanitario, ha descendido un 10% el porcentaje del presupuesto que el Departamento de Salud destina a Salud Mental”
Como dato está bien, pero en vez de escribir artículos quejándote de la falta de presupuesto en Osakidetza, EH Bildu podía haber exigido que se recuperara ese 10%, por no hablar del resto de recortes en sanidad que estamos sufriendo, para validar los presupuestos del PNV.
Quejarse ahora no sirve de nada si, cuando hay que hacerlo os callais.
Ciertamente Juan. Es un asunto realmente terrible. Tengo la sensacion que estamos solos, somos individuos acarreando nuestros propios problemas y sinceramente, creo que ni a las administraciones ni a la sanidad les importa nuestro bienestar, se trata de pagar impuestos, facturas desorbitadas y asumir malas noticias constantemente.