Banner en desktop Banner en moviles
FP Zornotza
UNI Eibar Ermua
Iurreta LHI
Maristak Durango

Pupitres en los cafetales

Pupitres en los cafetales

Niños y niñas caminando bajo la noche y la lluvia cuatro horas al día para ir a la escuela. Es el reflejo de la más dura de las vidas que soportan los niños y niñas becados por la asociación Bateginez en Pochuta (Guatemala).

Las cooperantes que visitaron el municipio guatemalteco el pasado verano, la donostiarra Amaia Fernández Bereziartua, y la bermeana Irantzu Zabala, narraron ayer su experiencia en una charla celebrada en la Casa de Cultura de Iurreta.

Destacan que de los programas que Bateginez desarrolla en Pochuta, el más importante es el educativo. La intervención se desarrolla en plena zona rural, dentro de fincas cafetaleras, y en el propio pueblo.

Las plantaciones, propiedad de capital estadounidense y alemán principalmente, están situadas en medio de la selva. Allí reside el 90% de la población. Sus habitantes soportan unas durísimas condiciones de vida. Trabajan en régimen de semiesclavitud.

“Cuesta escolarizarlos”

Según relata Amaia Fernández Bereziartua, la gente madruga mucho y labora de sol a sol por un salario que apenas llega para cubrir la alimentación. Los niños y las niñas deben sumarse al contingente de jornaleros desde muy pequeños para asegurarse la subsistencia.
Las becas que sufragan las personas asociadas a Bateginez permiten a las familias eximir a los niñas y niñas de este dura trabajo y enviarlos a estudiar. “Pero si en la ciudad cuesta que acepten escolarizarlos, allí mucho más”, destaca Amaia.

Muchas familias no ven la necesidad de dotar de una formación a sus hijos e hijas, pero el número de quienes sí lo desean es creciente. Otra cosa es que luego cumplan con su parte del trato: facilitar una asistencia regular de los pequeños a la escuela. No hay becas suficientes para todos los que las solicitan y la ONG local que colabora con Bateginez en Pochuta (Apsadec) se ocupa de seleccionar a los “afortunados” candidatos que ofrezcan más garantías.

Hay un nivel básico educativo, hasta los doce años. Continua con un secundario hasta los 16 y a partir de esta edad cursan lo que se denomina allí Diversificado, que les permite formarse para distintas profesiones. Las dos cooperantes tuvieron la oportunidad de conocer a tres jóvenes formados con becas de Bateginez, una chica con estudios de secretariado y otros dos titulados en informática y empresariales, respectivamente.

De noche por la selva

Continuar con la educación secundaria es una decisión complicada para la población de las fincas. “Supone un esfuerzo notable para las familias porque los niños tienen que desplazarse a otra escuela que está muy lejos. Las clases son de 4 a 8 de la tarde y tienen que caminar dos horas de ida y otras dos de vuelta, además de atravesar la selva de noche y a veces jarreando”.
En el pueblo, la vida es bastante más fácil. “Tienen medios de transporte y más garantías de movilidad, la posibilidad de conocer lugares, ir a la escuela con más facilidad, incluso de divertirse con otros chavales”. Muchas casas tienen tiendas en sus bajos y, aunque trabajan en la agricultura para completar sus ingresos, no se sufre tanto desgaste físico como en la selva. Disponen, en definitiva, de “más recursos para salir adelante”.

Madres con 13 años

El casco urbano de Pochuta acoge también otro de los proyectos de la ONG duranguesa allí. Se trata de un pequeño dispensario de salud que ofrece a los vecinos medicamentos a precios más reducidos que en la farmacia. La persona que lo regenta, Iliana, es matrona y representa para los vecinos “una persona de confianza a la que prefieren sobre los responsables del centro de salud local”.

Desde el dispensario se les ofrece también formación en higiene y planificación familiar. La natalidad desbordante es un problema en una región geográfica donde el alimento no alcanza para todos y hay niñas que son madres con sólo 13 años.

Para las cooperantes, la experiencia en Pochuta ha representado “un antes y un después” en sus vidas. “La gente nos ha tratado como si fuéramos de casa, vivir con ellos ha sido muy enriquecedor”. Permanecieron allí tres meses y la dureza de la existencia en los cafetales, donde estuvieron una semana, se ha visto compensada por todos los valores que aquellas gentes les aportaron: “Esfuerzo, trabajo, supervivencia, no arrojar la toalla, humildad y alegría”, en palabras de Amaia.

“Saben divertirse y compartir la alegría”

¿Alegría en medio de tanta penuria? La joven cooperante reconoce que a ellas les costó salirse del esquema de “¡Ay pobrecitos!” hasta que aprendieron a compartir sus buenos momentos. “Ellos están acostumbrados a vivir así, pero saben divertirse y que el amor genera alegría, son solidarios entre ellos y practican el compañerismo”. Contagiarse de estos sentimientos positivos les ayudó también a ellas a “cambiar el chip” para ofrecerles esperanza. “Les animábamos diciendo que estuvieran tranquilos, que no les iba a faltar la ayuda del País Vasco y hemos procurado divertirnos, jugar, comer e ir a la playa con ellos”.

Sobre las carencias más apremiantes que detectaron, la cooperante donostiarra destaca que, aparte de becas de estudios, están muy necesitados de infraestructuras. “Hay un porcentaje muy elevado de gente que vive en condiciones de higiene poco dignas, sin baños, duchas o agua potable en la vivienda”. Un nuevo reto solidario.

 

DURANGON. Noticias de Durango

1 Estrella2 Estrellas3 Estrellas4 Estrellas5 Estrellas (Sin valoración)
Cargando...

durangon.com webguneak ez du uzten gorrotoa, mespretxua edo diskriminazioa sustatzen duten edukiak argitaratzen, jaiotza, arraza, sexu, erlijio, nazionalitate, iritzi edo bestelako inguruabar pertsonal edo sozialengatik.

Izen propioei erreferentzia egiten dieten eta ohorerako eta intimitaterako eskubidearen aurkako iruzkinak ezabatuko dira. Irain eta iruzkin guztiak ere zuzenean ezabatuko ditugu, baldin eta iraingarriak, kalumniatzaileak edo indarreko legeria hausten badute.

Gehiago irakurri


durangon.com no permite la publicación de contenidos que de forma manifiesta fomenten el odio, el desprecio o la discriminación por motivos de nacimiento, raza, sexo, religión, nacionalidad, opinión o cualquier otra circunstancia personal o social.

Se eliminarán todos los comentarios que hagan referencia a nombres propios y atenten contra el derecho al honor y a la intimidad. También borraremos directamente todos los insultos y los comentarios que puedan resultar injuriosos, calumniadores o que infrinjan la legislación vigente.

Leer más

Deja una Respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

Artículos Relacionados