Banner en desktop Banner en moviles
FP Zornotza
UNI Eibar Ermua
Iurreta LHI
Maristak Durango

Ladrillo al ralentí

La burbuja inmobiliaria ha hecho tambalearse el mercado del ladrillo en todo el mundo, también en Bizkaia y en el Duranguesado. Un trabajador de este sector, empleado en una agencia inmobiliaria, apuntaba de salida que “antes del derrumbe de la actividad en el sector de la construcción, en Durango trabajaban unas 15 agencias inmobiliarias, hoy quedan cinco”. Las que quedan actualmente han tenido que ajustarse a la nueva situación de mercado, optimizando los recursos y capital disponible para seguir prestando sus servicios. En otro pueblo de la comarca, de cinco que eran antes de la explosión de la burbuja se han quedado en dos. “Ha habido una criba importante en este sector, quedando solo quienes realmente estamos cualificados para ello y prestamos un buen servicio, el cliente no es solo para un dia”, comenta un agente.

Una visita rápida a los pueblos del Duranguesado dejaría a la vista en casi todos ellos numerosos solares listos para la ejecución de proyectos de viviendas, que esperan a las excavadoras y a las grúas y a los encofradores. Desde hace ya unos años. Esos proyectos estarían ya terminados y las viviendas en venta si no se hubiese producido la debacle del ladrillo que llamamos burbuja inmobiliaria.

Siempre según fuentes de trabajadores del sector inmobiliario, “hoy se construye a un ritmo lento. Hay muchos proyectos aplazados sin fecha, las mismas empresas constructoras parece que se respetan plazos de ejecución, de manera que cuando una inicia un proyecto en un pueblo las demás esperan que esta haya finalizado y no coincidir en plazos,  si es que ofrecen el mismo producto, con objeto de construir solo el número de viviendas que se tiene esperanza de vender, y en los plazos más verosímiles”.

Aún así, se calcula que en la comarca podría haber por encima de 200 viviendas en oferta, y que el mercado se mueve muy lentamente. Recientemente se ha detectado un fenómeno anormal en el grupo de VPO, que se están vendiendo con cierta dificultad. A la hora del sorteo, los agraciados a los que les toca un piso renuncian.

“Parece ser que el Gobierno Vasco exige a los demandantes no sobrepasar los 33.000 euros de ingresos por año; pero a la hora de pedir un crédito a los bancos, estos exigen al demandante unas garantías muy superiores a esa cifra. Y claro, este desajuste hace imposible la compra de la vivienda”.

Hay un perfil aproximado de los posibles compradores. “Para las viviendas que no superan los 100.000 euros de precio, los compradores suelen ser inmigrantes. Este grupo absorbe quizá el 10% del mercado inmobiliario. Para las que superan los 120.000 y hasta los 180.000 euros de precio, los demandantes son profesionales autónomos, funcionarios bien remunerados, personas que andan entre los 25 y 35 años de edad. Son el bloque fuerte del mercado, suponen el 80% del volumen de ventas, “gente que consciente o inconscientemente ha sabido esperar el momento idóneo para comprar”, apunta el agente. El otro 10% restante lo cubren personas de un alto nivel de ingresos, que compran viviendas nuevas o de alta gama”.

El panorama descrito por el sector inmobiliario refleja un dato de alguna manera positivo. Se ha superado la psicosis de desastre, el mercado inmobiliario y las constructoras se han adaptado a la nueva situación y han ajustado sus ritmos de producción, sus plantillas y sus precios a la situación de crisis económica imperante. Se ha recuperado la normalidad, se ha reordenado el sector.

Queda el otro aspecto negativo: sobran viviendas, a juzgar por el nivel de demanda y de posibilidades económicas de los posibles compradores; hay muchas viviendas nuevas y de segunda mano que esperan comprador. Pero los precios, a pesar de que han bajado, siguen siendo prohibitivos para la mayoría de los ciudadanos que necesitan una vivienda.

A pesar de todo, se sigue construyendo. “Y no es que los promotores de viviendas cuenten con que el estado va a echar una mano a los bancos, no a las promotoras, aunque indirectamente es lo mismo, ya que si no fluye el crédito no hay ventas” comentó un agente inmobiliario. “Estamos convencidos de que solo construyen lo que tienen esperanza de vender en un plazo tolerable por la economía de esas empresas”.

La otra reflexión, más general, viene de más lejos. ¿Para cuándo el reconocimiento del derecho a una vivienda digna a todos los ciudadanos de este país, que parece que está escrito en la Constitución del Estado Español?

Honorio Cadarso es periodista

Artículos: 395
1 Estrella2 Estrellas3 Estrellas4 Estrellas5 Estrellas (Sin valoración)
Cargando...

durangon.com webguneak ez du uzten gorrotoa, mespretxua edo diskriminazioa sustatzen duten edukiak argitaratzen, jaiotza, arraza, sexu, erlijio, nazionalitate, iritzi edo bestelako inguruabar pertsonal edo sozialengatik.

Izen propioei erreferentzia egiten dieten eta ohorerako eta intimitaterako eskubidearen aurkako iruzkinak ezabatuko dira. Irain eta iruzkin guztiak ere zuzenean ezabatuko ditugu, baldin eta iraingarriak, kalumniatzaileak edo indarreko legeria hausten badute.

Gehiago irakurri


durangon.com no permite la publicación de contenidos que de forma manifiesta fomenten el odio, el desprecio o la discriminación por motivos de nacimiento, raza, sexo, religión, nacionalidad, opinión o cualquier otra circunstancia personal o social.

Se eliminarán todos los comentarios que hagan referencia a nombres propios y atenten contra el derecho al honor y a la intimidad. También borraremos directamente todos los insultos y los comentarios que puedan resultar injuriosos, calumniadores o que infrinjan la legislación vigente.

Leer más

Deja una Respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

Artículos Relacionados