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“La cultura deportiva normaliza demasiadas situaciones de violencia contra la infancia”

Las estadísticas oficiales evidencian que las situaciones de violencia contra niños, niñas y adolescentes no paran de crecer. Según la Ley Orgánica de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia (LOPIVI), aprobada en 2021, se entiende por violencia “toda acción, omisión o descuido que priva a las personas menores de edad de sus derechos y bienestar, y que amenaza o interfiere su ordenado desarrollo físico, psíquico o social con independencia de su forma y medio para cometerla, incluyendo la violencia digital”. Esto es, desde los habituales insultos y peleas que se dan en las gradas de cualquier partido, hasta el bullying, el ciberacoso o agresiones físicas y sexuales.

Las personas expertas advierten de que este tipo de violencia tiene lugar en ámbitos tan cotidianos como el familiar, la escuela, Internet o en los espacios donde practican deporte, por lo que sólo se pueden evitar con entornos seguros. Con el propósito de prevenir, detectar y erradicar posibles situaciones de riesgo en el ámbito deportivo, el Ayuntamiento de Durango va a poner en marcha un programa de protección a menores de 18 años con el asesoramiento de Kunina Sports and Education.

Al frente de esta consultora se encuentra Iñaki Alonso, con una amplia experiencia en proyectos que defienden los derechos de la infancia y que ha trabajado con entidades como Unicef, Save the Children o Acnur. Alonso ve indispensable iniciar un trabajo de reeducación y sensibilización que ayude a que la mentalidad social cambie.

Violencia invisible

“Un ejemplo son los comportamientos de muchos padres y madres en cualquier competición deportiva. Los desprecios y los insultos salvajes se han puesto de moda, y esta ética de la grada nos debería preocupar porque actitudes que no se permitirían en otros ámbitos, parecen no estar tan mal vistas en ese contexto”.

El especialista tiene claro que esa permisividad obedece a que “la cultura deportiva ha normalizado demasiadas situaciones de violencia” y urge a tomar medidas lo antes posible. A Alonso le inquieta también especialmente la denominada violencia invisible. La que no trasciende públicamente y se perpetra de puertas para adentro en vestuarios, viajes o Redes Sociales.

Proactivas

En el caso concreto de Durango, y a lo largo de diez meses, el programa realizará un diagnóstico inicial que permitirá analizar el riesgo de las actividades deportivas organizadas o apoyadas por el Ayuntamiento, establecerá protocolos de actuación y ofrecerá planes de formación para el personal municipal, el de los centros escolares y el de los clubes. También fomentará la “participación activa” de la comunidad en la promoción de entornos seguros para niñas, niños y adolescentes.

Sobre el proyecto, la primera tenienta de alcalde, Jesica Ruiz, ha destacado que la aprobación de la Ley Orgánica “obliga a las administraciones públicas, clubes y federaciones a implementar medidas de prevención. En nuestro caso, al ser responsables de las instalaciones deportivas”. Ruiz coincide además con Alonso en que hay que garantizar a la infancia “un entorno de bienestar, seguro y protector porque, aunque como Ayuntamiento no tenemos constancia de denuncias en este ámbito, debemos ser proactivas y tratar de descubrir vulnerabilidades lo antes posible”.

Cuestionario anónimo

El programa involucrará a las 28 entidades deportivas que actualmente tienen actividad en Durango y también a los centros educativos. Uno de estos clubes, el Tabirako, lleva un tiempo trabajando en un protocolo propio bajo el asesoramiento de Amaia Frontaura, la responsable de la Policía local. Una de las medidas que han adoptado ya es hacer llegar un cuestionario anónimo a las familias, las plantillas masculinas y femeninas de todos los equipos, y el cuerpo técnico para detectar riesgos y facilitar cualquier tipo de denuncia.

“Tras lo del Lointek Gernika, se van a conocer muchos más casos”

Iñaki Alonso.

Vinculado durante más de dos décadas al fútbol femenino de Bizkaia, Iñaki Alonso ha vivido en primera persona la discriminación y la violencia machista que sufren las niñas deportistas. “Queda mucho camino por recorrer aún, pero es innegable que se avanza poco a poco y que en disciplinas como el fútbol, donde se les minusvaloraba sistemáticamente, hay una evolución”.

El experto también está convencido de que el ‘caso Lointek’ supondrá un antes y un después porque la denuncia por agresión sexual presentada por una joven que era menor de edad en el momento de los hechos contra el entrenador del club de Gernika, Mario López, “animará a otras mujeres a hacerlo”. “Cualquiera que haya practicado deporte conoce o ha vivido situaciones de violencia, y no tengo dudas de que ese caldo de cultivo va a hacer que se hagan públicos muchos más casos”.

Sobre las razones que llevan a entornos y entidades a tratar de silenciar los casos de violencia de los que tienen constancia, Alonso cree que hay dos factores claves. Por un lado, “que hay gente que cree que determinados comportamientos no son violencia porque han sido normalizados históricamente”. El segundo factor tiene que ver con el daño reputacional. “Piensan que contarlo puede afectar gravemente a la reputación de la entidad”.

En este sentido, la Ley Orgánica de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia (LOPIVI) advierte de que toda persona que perciba indicios de una situación de violencia ejercida sobre una persona menor de edad, “está obligada a comunicarlo de forma inmediata”.

Los agresores suelen ser del entorno

Un informe reciente de la ONG Save the Children revela que en 8 de cada 10 casos de agresiones sexuales contra menores, el delito es cometido por personas del entorno.

“Puede ser algún miembro de la familia, pero también un profesor, el entrenador o el médico. Alguien que tiene autoridad ante el menor”, corrobora Iñaki Alonso.

Según los últimos datos publicados por el Ministerio de Interior, en 2021 se presentaron 8.317 denuncias por delitos contra la libertad sexual que tenían como víctimas a niños, niñas y adolescentes. Un año antes se dio a conocer que el Registro Unificado de Maltrato Infantil había registrado 35.778 denuncias por agresiones sexuales o físicas, maltrato emocional o negligencia.

Ante el progresivo incremento de la violencia, las instituciones y organizaciones que trabajan en este campo remarcan que la aprobación de la Ley Orgánica de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia (LOPIVI) ha supuesto un gran avance. De hecho, ha convertido al Estado Español en uno de los primeros países del mundo con una legislación de este calado.

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