La casa blanca donde Paco componía y jugaba a pelota mano

De entre los miles de artículos y panegíricos que se han dedicado a Paco de Lucía en las últimas horas pocos se detienen, aunque solo sea con un par de líneas, en la estrecha relación que el guitarrista tuvo con Durango. El vínculo fue Etxezuria, una mansión frente a los jardines de Pinondo que pertenece a la familia de su mujer y a la que se retiraba a descansar y componer entre giras.

Paco de Lucía se casó con Casilda Varela Ampuero en 1977. La pareja tuvo que viajar a Amsterdam para celebrar su boda por la iglesia dada la oposición de la familia de la novia. Ella era hija del general y ministro franquista José Enrique Varela y su madre, Casilda Ampuero, pertenecía a la oligarquía de Neguri.

Estos mismos suegros que rechazaban la relación con la que acabaría siendo la madre de tres de sus hijos fueron los que, décadas antes, habían protagonizado una boda de las que aún se recuerdan en Durango. Principalmente, por la alfombra roja que se instaló sobre la vía pública para unir Etxezuria y la iglesia de Santa Ana, y por la que desfilaron los novios acompañados de dantzaris.

El abuelo materno de la esposa de Paco de Lucía fue un político y erudito vizcaíno que llegó a ser alcalde foral de Durango y diputado provincial a Cortes. Según Auñamendi Eusko Entziklopedia, las Fiestas Eúskaras celebradas en Durango en 1885 se deben a la iniciativa de José María Ampuero Jáuregui.

“Casildita aún viene bastante”

También era conocida la gran afición de José María por la agricultura y la jardinería. De ahí quizá el exotismo de algunas de las especies arbóreas plantadas en los extensos jardines que rodean Etxezuria. Entre ellas, una imponente secuoya.

Jardines que Paco y la que fuera su mujer disfrutaban en sus frecuentes estancias en Durango. “El dejó de venir cuando se separaron pero Casildita aún viene bastante. De hecho, y aunque también tiene casa en la Gran Vía de Bilbao, estuvo pasando unos días por Reyes con sus hijos”, apunta uno de los vecinos de la zona que mejor conoce a esta familia.

“Tocaba a todas horas”

De Etxezuria lo que más gustaba a Paco de Lucía era el sosiego. “Menos cuando estaba dormido, tocaba a todas horas. Se metía en un salón y no paraba. Lo bueno era que, como la casa es tan grande, no molestaba a nadie”. También aprovechaba estas visitas para componer, descansar entre giras y hasta jugar a pelota mano con algunos músicos, como John McLaughlin, tal y como el propio guitarrista inglés desvelaba en una entrevista que le hizo Josu Olarte.

La mansión cuenta con frontón propio y piscina. Incluso llegó a tener una pista de tenis que acabó transformándose en un aparcamiento privado. En ‘Eche zuria’, el libro que la familia Ampuero autoeditó sobre la casa, pueden consultarse otros datos sobre esta residencia aristocrática unifamiliar de tres plantas, sus propietarios y las reformas ejecutadas.

“Sencillo y agradable”

En los años 80 y durante la primera etapa de los 90 no era raro toparse con Paco de Lucía por las calles de Durango o tomando vinos por Goienkale. “Andaba sobre todo por el Casco Viejo, pero también te lo podías encontrar en Izurtza”, recuerdan un buen número de durangueses.

Uno de sus mejores amigos tenía un negocio en Pinondo y solía subir con él a Urkiola a por perretxikos. “Le gustaban las setas y Paco aprendía a buscarlas”. Sobre su carácter también hay unanimidad: “Era muy sencillo y agradable”. Igual a la hora de comer. “El matrimonio que trabaja en Etxezuri pone siempre comida de aquí y bien que les gustaba, tanto a Paco, como a Casildita”.

El fallecimiento ayer de este grande del flamenco deja a Durango huérfana de duende. Paco de Lucía buscó inspiración en este valle y, fuera en la casa blanca de Pinondo, o a pie de la secuoya, en algún sitio la encontró. Las cigüeñas que anidan junto a Etxezuria seguro que también le echan de menos.