El matadero, en suspenso

El matadero de Durango cierra hoy sus puertas, aunque lo hizo ayer de modo efectivo puesto que los sábados no se trabaja en la instalación. La clausura, ordenada por Sanidad, supone el último capítulo de un controvertido sueño tantas veces transformado en pesadilla por sucesivos desencuentros y obstáculos.

Pero los escollos no han impedido que el “proyecto de Erralde” madure en sus cinco años de andadura. Una detrás de otra, las dificultades han topado con la férrea determinación de ganaderos, representados por el sindicato EHNE, carniceros y el propio gerente, Eneko Egibar, de impulsar un centro de sacrificio próximo a los usuarios que garantice la calidad de la carne.

Unidos a algunos políticos que los han apoyado (la mayoría de Bildu, algún independiente como el alcalde de Abadiño y también el ex-mandatario jeltzale de Berriz Jabi Azpirate), han peleado hasta el último momento para evitar un cierre que parecía inevitable dadas las condiciones exigidas a las instalaciones. Sin embargo, aún hay esperanza pues tanto el Gobierno vasco como la Diputación han citado a sus responsables para la semana que viene y la siguiente. Además, según los trabajadores, todavía se seguirá trabajando con las últimas reses sacrificadas. Y a la vez se recurrirá la resolución del Gobierno vasco y se intentarán subsanar algunas deficiencias para ir tirando mientras se construye el nuevo matadero.

Empresa viable

Sin embargo, este proyecto que tan denodadamente defienden quienes están en primera línea reivindicativa, no parece convencer a todo el mundo. “No sabemos qué va pasar, no nos han dicho nada claro”, señaló un trabajador al ser interpelado sobre el futuro del centro. Este operario está persuadido de que a Erralde le “falta apoyo político” y cree que por eso no han comenzado las obras.

En efecto, los impulsores de este proyecto han venido reclamando una y otra vez respaldo institucional para garantizar la pervivencia del único matadero viable en Bizkaia ya que se puede mantener sin pérdidas ni ganancias, a decir de su gerente, Eneko Egibar.

Los responsables de Erralde aseguran que disponen ya del 60% de la financiación para cimentar el nuevo centro de sacrificio, que el proyecto ya está diseñado y los terrenos preparados. Pero lo cierto es que la construcción de las nuevas instalaciones se ha retrasado ya demasiadas veces sin que nadie parezca capaz de explicar el por qué de la demora.

Calidad de la carne

En medio, los usuarios, ganaderos y carniceros lamentan que el cierre perjudique a un ya castigado sector primario y a la calidad del producto. Ekaitz Iturbe, de Gernika, posee unas doscientas cabezas de ganado que sacrifica en el matadero de Durango y vende en sus carnicerías de Gernika. Está convencido de que la necesidad de transportar a sus reses a mataderos lejanos repercutirá en la calidad de la carne. “Cuanto más cerca esté el centro de sacrificio, menos se estresa el ganado y es mejor para todos, ganaderos y carniceros”, asegura este joven que reúne en su persona a estas dos figuras.

El carnicero de Gernika Joseba Barturen, quien junto al anterior participó en la última concentración del jueves, compartía estas impresiones y advertía sobre la necesidad de que el sector permanezca unido, ya que atraviesa una situación delicada y “el que tenga cuatro vacas las va a acabar dejando”, lamentaba.

El sindicato EHNE ha advertido en repetidas ocasiones sobre el efecto pernicioso que el cierre del matadero ocasionará a un sector primario ya en crisis por la falta de rentabilidad de las explotaciones. Unzalu Salterain, portavoz de esta central, incide además en los perjuicios que representará para la soberanía alimentaria. Además de “consecuencias catastróficas” para el sector, augura una invasión de los mercados de carne sin “control en origen”, algo que garantiza el matadero.

Eusko Label

Los trabajadores se preguntan por su parte “qué va a pasar con la carne con Eusko Label”. La respuesta del carnicero Juan Gallastegi, que vende este tipo de género en su establecimiento durangués de Antso Estegiz indica que también hay discrepancias en el sector en torno a Erralde.

Según asegura, el cierre del matadero “no tiene nada que ver con Eusko Label”, ya que dispone de otros centros cercanos (el de Oñati, por ejemplo), para llevar las reses que compra a los ganaderos del entorno y sacrificarlas de acuerdo a las garantías de calidad que el sello requiere.

Sobre la invasión de carne procedente de otras latitudes, matiza que “actualmente sólo producimos algo menos de la mitad de la que consumimos y estamos comiendo carne de Ucrania, que se vende en las grandes superficies y normalmente más cara que la de aquí, que es la que ofrece el pequeño comerciante”.

Gallastegi no se muestra de acuerdo con la existencia de un “matadero político”, como cree que es el de Durango, y defiende un centro de sacrificio impulsado por ganaderos y comerciantes “que se impliquen y tengan voz en el consejo”.

DURANGON. Noticias de Durango