El pequeño comercio y el DAFO

Las jubilaciones sin relevo generacional, las sucesivas oleadas del covid y por si fuera poco la creciente presencia entre nosotros de los centros de venta en grandes superficies están acelerando el declive del pequeño comercio, declive natural ya que con las formas de comercio está pasando como con la generalidad de las cosas que nos rodean y que nacen, se desarrollan, alcanzan su cenit, entran posteriormente en declive y finalmente mueren. Este es un hecho incuestionable de la naturaleza y lo más que se puede conseguir es retardar ese proceso intentando alargar el mismo.

La sociedad en general está cambiando a un fuerte ritmo y uno de los cambios más acusados son sus hábitos de compra superando los antiguos modelos hasta el momento imperantes, modelo al que daban satisfacción cumplida los pequeños comercios en los que se hacían la compra diaria.

Todo lo dicho está acelerando el cierre masivo que se está produciendo en pequeñas y medianas tiendas que por si fuera poco no pueden competir además en precios por las economías de escala de los mercados de grandes superficies y no digamos de la extensión de su gama de productos.

Conscientes de ese problema que afecta a una tradicional forma de hacer del pequeño comercio local, los ayuntamientos (entre ellos el nuestro de Durango) están tomando iniciativas en el sentido de remodelar las instalaciones de los mercados municipales en un intento de hacer más atractiva “la jaula” donde canta el “pájaro”, buscando hacer más atractivo en definitiva, el “continente”, pero este último intento será baldío si el “contenido” no presenta otras alternativas diferentes a las que actualmente ofrece.

Les queda pues a ese reducto de comercio minoritario la alternativa de o tirar la toalla o de encontrar un nicho de mercado entre los huecos que dejan los gigantes del comercio, que seguro que los hay.

Al respecto de esos huecos hay una imagen muy representativa de los mismos que dice que “si metemos en una caja bolas grandes, el espacio hueco que queda entre ellas será más grande en la medida que las bolas sean cada vez más grandes”, por lo que una línea de defensa para ese pequeño modo de comercio será esa. Averiguar como pueden rellenar esos huecos o como se dice en términos más técnicos “definir esos nichos de mercado”.

Pero hay que recordar que “no existe conocimiento sin esfuerzo” y que esas importantes soluciones que complemente el “continente” no se las va dar nadie fuera de su propio gremio y esfuerzo.

Respecto al conocimiento, existe un instrumento de gestión que bien utilizado puede servir de valiosa ayuda cara a realizar un examen introspectivo de ese tipo minoritario de negocio y que no es otro que el llamado DAFO.

¿En qué consiste ese análisis interno?

Primero de todo vamos con la definición del acrónimo DAFO. La D corresponde a debilidades que presenta el negocio.

La A son las amenazas con las que se está encontrando en su gestión. La F las fortalezas de la misma y finalmente la O que significa las oportunidades que puede tener su actividad.

Las amenazas y las oportunidades están fuera, digamos de “su tienda”, en tanto que fortalezas y debilidades están dentro de ella.

Definiendo cada uno de los apartado de los 4 citados, se trata de idear la manera de potenciar las fortalezas, de aprovechar las oportunidades que se nos ocurran y “matar” las amenazas y debilidades.

Faltará método y práctica para llevar adelante ese empeño y es más que probable que puedan encontrar la ayuda necesaria en copiar modelos existentes, que lo inventado inventado está, (“siga al líder”, que dicen en marketing), el apoyarse en las organizaciones de comerciantes locales y en última instancia en asesores de gestión especialistas en mercados.

¿Difícil ejercicio? Vive Dios que sí, sobre todo al principio de enfrentarse al ejercicio, pero no olvidemos lo de “no hay conocimiento sin esfuerzo” a lo que habría que añadir que “el que algo quiere, algo le cuesta” Claro que es un ejercicio duro, muy duro, pero es que no hay otra manera que salir de esa situación que no sea a través de la reflexión que dará finalmente con el resultado de morir en el empeño sino se encuentran ideas y medios para reconvertirse. Ánimo y a ello.

Rafael Hidalgo