La soledad de Zapatero y el “desliz” de González

La entrevista a José Luis Rodríguez Zapatero publicada el pasado fin de semana en ‘El País’ es la expresión manifiesta de la ingratitud del poder cuando todo va mal y el enemigo está en casa. La extensa conversación entre el presidente y el director del rotativo, Javier Moreno, pretendía mostrar hasta qué punto el también máximo responsable del PSOE se ha quedado solo dentro de esa barca a la deriva que es el gobierno del Estado.

El periodista ‘amigo’ no vaciló en ridiculizarle y mostrar sus debilidades con preguntas hostiles, que el interpelado sorteaba con más o menos habilidad, pero sin duda más educación que el informador. El asedio llegaba tras una dilatada campaña de críticas, más o menos veladas, sobre la falta de paciencia y de flexibilidad del mandatario, y sobre su incompetencia en los asuntos importantes. Sin embargo, la entrevista mostró, paradójicamente, el rostro más amable y resolutivo del protagonista.

El reciente gobierno y todos los anteriores presididos por Zapatero libra batallas en varios frentes, según los analistas: contra el principal partido de la oposición, contra la prensa, que modela eso que llaman opinión pública, y contra la ‘vieja guardia’ del PSOE. Y aquí se incluye a ‘El País’, periódico, como se sabe, dominado por los nostálgicos de la chaqueta de pana.

Es este rotativo el que lleva moviendo desde hace mucho tiempo, o al menos lo intenta, las piezas de ajedrez de una partida cuyo fin es la ‘restauración felipista’. Todo apunta a que la estrategia está prácticamente llegando a su fin.

Moreno urgía al presidente a confesar si va a volver a presentarse y a renglón seguido sugería que mucha gente no lo deseaba en su partido. Mientras, colocando la navaja al cuello del entrevistado, le intentaba sonsacar un posible sucesor. Y entre bambalinas se hacía emerger, ¡tachán!, a esa figura hierática y misteriosa que representa el recién ‘ascendido’ e incombustible Pérez Rubalcaba.

El anterior capítulo de esta encerrona lo había escrito Felipe González en esa escandalosa entrevista de hace tres semanas donde, indirectamente, asumía ser el ‘mister X’ de los GAL y justificaba a los protagonistas de aquella época ominosa. En su confesión, echaba sobre sí y sólo sobre sí la culpa de todo lo peor. Las posteriores interpretaciones de sesudos analistas reflejaban profunda extrañeza y le achacaban imprudencia y falta de oportunidad. Pero apenas se reparó en que, curiosamente, la aparición del ex presidente en escena coincidió con los ataques del PP a Rubalcaba, tras su ascenso a la vicepresidencia primera. Invectivas que lo relacionaban con el terrorismo de Estado de los Galindo y Vera, pues el hoy ministro de Interior también formó parte de aquellos oscuros gabinetes.

Para algunos de los suyos, Zapatero está totalmente amortizado. Nadie sabe si se trata de muchos o pocos. Lo que parece claro es que manejan importantes resortes de poder y que ya le han buscado sustituto. Apenas falta por saber si el último capítulo de esta novela por entregas lo escribirán sus medios ‘amigos’ o esos otros entes igualmente caprichosos, susceptibles y vengativos que son los mercados de valores.

Vivimos el fin de unos tiempos. Esperamos una Tierra nueva donde habite la justicia