Los huertos lúdicos cumplen una impagable función social allí donde se implantan. Entre sus parcelas, hombres y mujeres de diferentes edades y culturas, comparten una sana actividad que les permite mantenerse en contacto con la Naturaleza. Pero detrás de toda esa función integradora, se mantiene el objetivo que ha guiado a la empresa zornotzarra Lur 2000 desde sus inicios: recuperar el sabor de siempre.
Los primeros beneficiarios de todas estas ventajas son las personas usuarias de estos espacios. Basta preguntar a cualquiera de ellas para que enumeren un torrente de elogios a esta iniciativa que, para muchas, se ha convertido en una actividad vital en su día a día. Justo, por ejemplo, siempre encuentra una excusa para pasar por su terreno reservado en los huertos de Iurreta, sea verano o invierno.
“Llevo ya ocho años como parcelario y es una forma muy agradable de pasar el tiempo. Aparte de que consigo unos productos que no tienen nada que ver con lo que se encuentra en el mercado”, asegura. “Te comunicas con mucha gente con la que, a lo mejor, nunca ibas a tener contacto, a la vez de ser un entretenimiento muy agradable. Todas las experiencias que he tenido aquí han sido muy buenas”.
Simón lleva ya un lustro en los huertos iurretarras y agradece al Ayuntamiento de la localidad su apuesta por este proyecto. “Vienes aquí y puedes llevarte a casa verduras que has trabajado tú mismo de principio a fin”. Incluso ha probado a cultivar hortalizas de su África natal y afirma que han logrado desarrollarse “muy bien, sobre todo la espinaca y la berenjena africanas. Nos salen de maravilla”.
Junto al ejercicio físico y a los buenos productos agrícolas, Enrique destaca que “el ver crecer día a día algo que ha plantado uno mismo te da alegría”. “Paso a sembrar, a quitar un poco las hierba. Casi siempre encuentro algo que hacer para cuidar la parcela, en la que tengo de todo un poco: tomates, coliflor, brócoli, pimientos, cebollas, pepinos, calabacín, vainas… Un poco de tierra da para mucho”, añade.
Contacto con la tierra
Lur 2000 gestiona en estos momentos otros cuatro huertos lúdicos. Además del de Iurreta, se encuentran los de Berriz, Markina, Gernika y Derio. A este último acude a diario, Juan Carlos, cuya actividad le ha permitido realizar un sabroso viaje al pasado. “Siempre andaba diciendo en casa que la comida comprada en la tienda cada vez me sabía menos a la que yo recordaba de pequeño. En concreto, los tomates que mi abuelo solía cultivar en su caserío. Gracias a este proyecto, he podido dar tomates igual de ricos a mi propio nieto”.
De la importancia de una buena materia prima en la cocina sabe bien José Manuel, cocinero profesional que regenta un restaurante. “Utilizo lo que saco de aquí en mi establecimiento y la clientela lo agradece. Una vez te acostumbras a comer productos naturales cuesta volver a la agricultura masiva”, comenta. “Además, lo que más me gusta es que la calidad también se traslada a la gente. No importa la edad, la raza, el estrato social, la cultura o la opción política. Todos somos compañeros de huerta”.
Un usuario habitual del proyecto implantado en Berriz es Lorenzo. “Llevo aquí desde el principio animado por uno de mis hijos. Vengo muy a menudo, tres o cuatro días a la semana, y me encuentro muy a gusto”. Y su producción no solo la disfruta él. “Tanto yo como mi familia notamos la diferencia entre lo que sacamos de la huerta y lo que compramos en la tienda. Se lo recomiendo a todo el mundo, a poco que le guste trabajar la tierra. Y también es una buena opción para que la juventud conozca un modo de trabajar que se está perdiendo”, señala.
A través de Lur 2000, el ingeniero técnico agrícola Ramón Zearreta quiere impulsar esta iniciativa y propagarla por el mayor número de municipios posibles, con Amorebieta y Durango como principales objetivos. “La demanda popular existe, tanto por su función agrícola como por sus beneficios sociales. Y su puesta en marcha depende, únicamente, de tener voluntad política. No hacen falta grandes terrenos ni presupuestos para que los huertos urbanos funcionen”.
El tomate, las patatas y otros muchos productos proceden también de otro continente, en este caso América. Lo trajo el «descubridor» Colón y sus abominables acompañantes.
Pero eso, gracias al Sr. COLÓN y sus acompañanyes llevan siglos en España quitando el hambre a provocadores y mete cizañas como usted. Mi pregunta no va por ahí.
Estimada señora: Afortunadamente aquí no sabemos lo que es pasar hambre y por otra parte las mentes como la vía ganan el pan con el sudor de su frente. O sea, nadie me quita el hambre. Su pregunta no irá por ahí pero su respuesta tampoco.
Crees que todo lo que comes viene de España? España importa mucha fruta y verdura, así como carne y pescado. Si se ha introducido en España, se puede cultivar sin problema. Esto no es Australia, que tienen todo mucho mas restringido.
A eso me refería yo precisamente porque me había parecido que el hecho de que un alimento proceda de un país africano era objeto de duda. A mí me resulta mucho más dudosa la procedencia de otros productos y que además llegan de países supuestamente avanzados y modernos.
Y eso de cultivar productos d otro continente, está vigilado y controlado?
Al cargo hay un ingeniero agrícola. Supongo que tendrá controlado el tema.
Gracias Fua.
También los queremos en Abadiño
Voluntad política..poco o nada