Ogenbarrena denuncia su abandono

Vecinos del barrio Ogenbarrena de Amorebieta-Etxano han debatido estos días sobre las deficiencias del barrio con la asistencia de concejales de la izquierda municipal. Las conclusiones han quedado reflejadas en un documento que aparece en los muros del barrio.

La calle Gudari que conduce a Lemoa cuenta en el lado del río con una acera que consideran demasiado estrecha, y está asediada por ratas y otros animales el borde del agua. La acera mencionada está sujeta con mucha frecuencia a obras de reparación, causadas por los conductos de agua, gas y electricidad que circulan por debajo. Sería necesaria una ampliación de esta acera, y mantenerla siempre en condiciones de paso normales.

Por el lado del barrio, la acera es bastante amplia, pero a trozos queda reducida por aparcamientos y otros estorbos. Y la situación se agrava antes de la parada del autobús de Bizkaibus con un estrechamiento y la colocación de los contenedores de basura justo delante del espacio de la parada, lo cual entorpece la parada y obliga al autobús a taponar la calzada en sus dos direcciones. ¿Por qué no se han colocado los contenedores a continuación de la parada del autobús, como en la parada del Geraleku?
Se denuncia también que los puntos de alumbrado son escasos y con poca carga  de luz, y así las calles quedan muy poco iluminadas.

Según han explicado los vecinos, el Ayuntamiento prevé quitar al parque que remata el barrio una anchura de seis metros para introducir aparcamientos. Estos aparcamientos entorpecerían gravemente la circulación en el tramo que lleva desde la Tejera hasta la rotonda de la carretera de Bilbao, atascada por los camiones que entran y salen de MerkaBilbao en las horas punta.

Se reconoce que el Ayuntamiento cuida el arbolado de las calles, pero los árboles del parque mencionado no han sido podados nunca y lo necesitan.

En la visita hecha a ese parque pudimos constatar que los trece bancos de que dispone apenas se usan, y las vecinas que estaban aquella tarde habían preferido sacar sus sillas para sentarse en ellas antes que hacer uso de los bancos del Ayuntamiento.

Honorio Cadarso es periodista