Ainhize

Una niña zornotzarra de nueve años ha sido protagonista esta pasada semana por distintos artículos, fotografías y videos aparecidos en ‘El correo’, bien en su versión impresa, bien en la digital. Ainhize Azurmendi es la única futbolista que juega en el equipo masculino de alevines del colegio público de Larrea, en Amorebieta, y ha sido incluso portada de este diario por el problema surgido a raíz de una norma de la Diputación que le prohibiría jugar una futura fase final de su campeonato, allá por mayo.

Este medio no tendría nada mejor que ofrecer ese día. El resto, no hacía mención alguna a tan importante exclusiva. Por si ello no fuera bastante, el diario volvía a la carga un día después y su periodista Pablo Martínez Zarracina hacía un acopio de ataques demagógicos que terminaron de aburrir al que todavía no lo estaba.

‘El Correo’ parecía estar en su salsa con el tema en cuestión y remataba faena con nueva noticia en torno al caso, pasados dos días. Esta vez para hablar de la reunión que había mantenido el director de deportes de la diputación, Iñaki Mujika y los padres de Ainhize. Santa paciencia la del primero. Para más inri, mentaban a unos progenitores “desbordados por la repercusión del caso”. Primero acuden a los medios para exponer sus reticencias a las leyes establecidas y más tarde se sorprenden de la magnitud alcanzada por la noticia.

Me viene a la memoria una experiencia personal donde este mismo diario publicaba en diciembre pasado una carta al director de alguien seguramente con pocas ganas de protagonismos exponiendo una queja a la organización de un torneo de fútbol en Amorebieta. La publicaron sin cortapisas e inmediatamente de haberla recibido. Es la salsa de la que antes hablaba. La propia organización quiso aclarar el mal entendido a través de una carta en el mismo medio. Una respuesta que le fue censurada dos veces y finalmente aceptada con una sorpresiva condición: se publicaría pasados cinco-seis días. Evidentemente se desistió ante tan desproporcionados tratamientos.

Volviendo al caso de Ainhize, subrayar que el gobierno foral permite la participación de chicas en conjuntos de chicos y viceversa, y de niños de distintas edades siempre y cuando los afectados no dispongan en su entorno de equipos de su mismo sexo o mixtos. Iñaki Mujika defiende una norma  que “fomenta la participación permitiendo que todo el mundo juegue con esas excepciones”.  “Se aprobó tal limitación en base a la experiencia adquirida”, afirmaba. El director de deportes señalaba asimismo que “cuando equipos de  deportes donde influye más el componente físico llegaban a las finales, había conjuntos que protestaban por permitir tales excepciones”.

De cualquier modo, estos casos estos casos se pudieron llegar a dar por potenciar con la inclusión de chicos equipos de chicas, y no se da con Ainhize, a la que todos deseamos pueda disfrutar del deporte que más le gusta. Eso sí, siempre se habla de la participación a estas edades y no de competir. Los que más enarbolan tal sentencia son al final los más competitivos. Acuden donde haga falta para dejarse escuchar, y quieren que su niña esté en la fase final (la importante), y ayude al equipo a ganar. ¿No es así?

Joseba Barrenetxea es periodista y expresidente de la Sociedad Deportiva Amorebieta