Agujetas en el cerebro

El día mucho más largo que la noche. Si no consigues ver el sol, ¡levanta la persiana, hombre! Ni sabemos por qué brillante rincón de la bóveda celeste se ha escapado la Luna mañanera.

Sales a la calle y te encuentras con las aceras casi vacías a primera hora. Los niños no madrugan.

A la vuelta de un par de meses intensos hemos logrado atiborrar nuestra mente, y al comienzo del verano nos han quedado unas terribles agujetas en el cerebro.

La selectividad, los exámenes, la reserva de las vacaciones, las primeras comuniones, alguna boda y/o bautizo, la declaración de la renta, el impuesto municipal sobre vehículos automóviles, la subida del recibo de la luz, el programa de fiestas, la campaña pro-perruna, y estos malditos pelos largos que me dan calor y me tengo que cortar.

Es el mes de las frutas con hueso. Gran variedad: cerezas, albérchigos, melocotones, paraguayos, nectarinas, albaricoques… Tenemos que desintoxicar nuestro cuerpo y nuestra mente. A ciertos males, algunos remedios. Acabamos de citar un recurso para nuestra salud: la alimentación.

¿Y para nuestro machacado seso? El mundial de fútbol en marcha, ¡cómo no! y en un par de semanas el Tour de Francia. Aunque una vez eliminada ???la cosa??? al otro lado del charco, ha sido toda una suerte para los medios contar con otro acontecimiento, tal como la llegada del nuevo monarca español a la capitanía general de los tres ejércitos, y su asomo al balcón real ante sus vasallos. Madrid se engalana por una esquina y vapulea por la otra a quien osa manifestar que no está de acuerdo con la sucesión.

Claro que, ante tales opciones, aparte de seguir alguna que otra etapa del Tour de Francia, es más aconsejable dedicarse a la lectura las próximas semanas. Probablemente voy a inspirarme para seguir escribiendo en este blog que me brinda durangon.com.

Agustín Ruiz Larringan, herritar aktiboa.