A vosotras que os quieren tanto

Tendría que ser este nuevo artículo como una segunda parte del último anterior y referido a los medios de comunicación.

Como ya es sobradamente conocida mi vinculación con el ciclismo, continúo en mantener un criterio que chirría ante la visión general del tema, en lo que al citado deporte se refiere.

Se concreta en el hecho de que, mientras en otras modalidades, hombres y mujeres disponen de sus competiciones y calendarios propios, en el ciclismo se aprovechan las pruebas masculinas para hacer visibles las femeninas.

Y no. Eso no es igualdad, y no digamos ya equidad, conceptos que no significan lo mismo.

Pongamos que existe una Vuelta para hombres y el último día, unas horas antes se organiza una carrera de mujeres. Hay televisión en directo aprovechando la coyuntura, que nada más. Cuestión de inversiones, de gastos, de situaciones aprovechables. Ésta es la palabra clave: “aprovechable”. Mujeres en acción al mínimo coste posible.

Evidentemente, lo que falla es la sponsorización: encontrar algo o alguien que asuma el coste de una retransmisión con el eco publicitario correspondiente.

Así que, en el tremendo abismo que existe, reivindicar que no se asocien los calendarios ciclistas femeninos a los masculinos es un improbable durante aún bastantes años. Mucho tendrían que cambiar las cosas.

Si echamos un vistazo en nuestro entorno más cercano, observaremos la atención que se le presta al fútbol, al balonmano, a las traineras y a los deportes autóctonos. Ni tan mal, pero es que lo mío es el ciclismo.

Envidio pues que en Italia exista una prueba sin par masculino ni en organización ni en fechas, resultando a día de hoy la carrera ciclista femenina de más días y la mejor del mundo. No necesitando llegar a esa cima, aunque sí acercarnos un poco, tenemos escasa suerte en el País Vasco.

Agustín Ruiz Larringan, herritar aktiboa.