El 15-M quiere aglutinar a los movimientos sociales

El 15-M se ha fijado el objetivo de aglutinar a los movimientos cívicos que trabajan por el cambio social. La plataforma se propone impulsar un ‘Durango en Transición’ que profundice en el decrecimiento, la soberanía alimentaria y la resiliencia (capacidad de sobreponerse a las crisis).

Pasado un año desde que se puso en marcha, el movimiento ha disminuido en número de efectivos -actualmente lo componen algo menos de diez personas- pero se mantiene pródigo en ideas y actividad. Estos meses atrás ha organizado algunas charlas y unas jornadas de decrecimiento (generar valor y felicidad, reduciendo la producción y el consumo energético) centradas en el tema de la vivienda. Próximamente presentarán una nueva iniciativa sobre esta cuestión.

La cita más inmediata es una jornada sobre banca ética prevista para el 8 junio en Pinondo. También planean ofrecer charlas sobre energías alternativas y ahorro energético, para lo que se pondrán en contacto con comercializadores de energía ecológica.

Más adelante, a la vuelta del verano, trabajarán en el proyecto ‘Durango en Transición’, una idea cuya agenda versará sobre las mismas cuestiones que constituyen su eterna preocupación: decrecimiento, soberanía alimentaria, pico del petróleo (agotamiento rápido de este recurso energético tras su cénit), sociedad resiliente y soberanía alimentaria. El concepto lo han tomado de una iniciativa similar surgida en Gasteiz.

Su meta es aglutinar a las asociaciones que trabajan en la comarca en torno a estos temas repartiendo el trabajo en áreas. “Hay muchos grupos pero no vemos que existan sinergias”, lamentan.

Otra preocupación de los jóvenes que componen el movimiento es la falta de empleo. Ven necesario reducir el tiempo de trabajo para facilitar la conciliación con la vida personal.

“La crisis nos va a atropellar”

El 15-M durangués está formado por representantes de otros movimientos y personas a título particular. Reconoce dificultades para aglutinar a más gente porque “las mismas personas están metidas en todos los follones y sacar tiempo es complicado”.

Pero también creen que “no hay mentalidad de cambio. Ignoran si será “porque la gente no está sufriendo la crisis” o porque “las personas son demasiados individualistas”, con poca iniciativa o proclives a delegar la solución de sus problemas. “Se deja el tema en manos de políticos, del 15 M o cualquier otro colectivo social”, opinan.

A pesar de las dificultades, piensan que se trata de un “movimiento que irá a más porque la crisis tarde o temprano nos va a atropellar a todos y habrá que moverse”.