Tarjeta roja a Fray Juan de Zumarraga

El 19 de diciembre pasado, el Pleno del Ayuntamiento de Durango, con los votos de PNV, EH  Bildu, Herriaren Eskubidea y PSE, y la abstención del PP, decidió retirar el nombre de Fray Juan de Zumarraga que llevaba hasta ahora su Instituto de Enseñanza Media, “por el rol que este primer Arzobispo de México ejerció de inquisidor activo en la caza de brujas, mujeres sabias y liberadas que se atreven a desafiar a las convenciones sociales”.

Recientemente, Sebastián Gartzia Trujillo envió una carta a un diario bilbaíno en la que defendía con la historia en la mano las razones que asisten a Fray Juan de Zumárraga para ser honrado por sus paisanos de Durango, y su limpia y honesta trayectoria en Euskadi y en México.

Según Gartzia Trujillo, en 1527, el año en que ejerció de inquisidor en Euskadi por unos meses, pidió al emperador que más que inquisidores enviase a Euskal Herria predicadores que conociesen el euskera.

Entre 1536 y 1543, como inquisidor en México, reclamó una modificación de las normas de esta entidad, habida cuenta de que las leyes tendrían que suavizarse con unos ciudadanos que venían de una vida pagana y no conocían la fe cristiana.

El religioso vasco defendió a los indios frente a los conquistadores aun con riesgo de su vida, llevó a América la primera imprenta, construyó la catedral, colegios por todo el país, la primera Universidad de América, introdujo en el Nuevo Continente el asno, la oveja, el gusano de seda, el olivo, la vid, las encinas, defendió y consiguió la prohibición de esclavizar a los indios. Se le considera como un firme aliado de Bartolomé de las Casas, con el que colaboró en todo momento.

En este clima cultural generado por el arzobispo vasco de México, una de las primeras poetisas americanas, la religiosa Juana Inés de la Cruz, se distinguió por sus posturas y escritos en defensa de la dignidad de la mujer, exhibiendo posturas muy acordes con el feminismo más audaz.

En octubre del año pasado, Rodrigo Olvera, profesor especialista en derecho internacional y luchador de los derechos humanos en México, visitó Durango y saludó con emoción a la estatua de Fran Juan de Zumárraga que preside la plaza de Eskurdii. Claro testimonio del respeto y veneración que los mexicanos siguen sintiendo por su primer arzobispo.

A la vista de este alegato de Gartzía Trujillo, cabe preguntarse si la corporación conocía todos estos datos, o los consideraba falsos.

Honorio Cadarso es periodista