La realidad y los papeles

En una  zona de Elorrio próxima a una vecindad, hay una fundición de hierro de la que se quejan amargamente por los elementos contaminantes que la misma lanza a la atmósfera. Malos olores, cenizas, gases irritantes y por si fuera poco lo dicho, la planta produce fuertes vibraciones.

Para intentar acabar con esa situación, un grupo de vecinos ha creado una plataforma que sirva para informar al resto de la ciudadanía y hacer presión sobre la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno Vasco, no descartando la posibilidad de recurrir al Ararteko si la situación no tuviera visos de mejora.

La percepción que se tiene, no solo en Elorrio sino en toda la zona hasta Durango inclusive, es que las 10 fundiciones instaladas, son factores importantes en la mala calidad del aire existente. Sin embargo pese a ser un clamor popular tal idea, la Consejería citada no se da en ningún momento por aludida haciendo oídos sordos de la cultura que acerca de esas fabricas tiene la  ciudadanía de la zona que lleva conviviendo hace ya un montón de años con ese ambiente.

Deberíamos estar ya acostumbrados a que las preocupaciones de la Administración no coincidan con las de los ciudadanos de a pie y por ser esta una cosa de difícil digestión, no acabamos de acostumbrarnos a  las decepciones que una y otra vez producen sus posturas en ocasiones adobadas con actitudes que rayan en la prepotencia, como la que adoptó la Consejera de Industria que interpelada por personas afectadas, aprovechando su estancia en Elorrio, vino a decir de manera tajante acerca de la fundición que nos ocupa, que ” todas las empresas del municipio cumplen con las normativas establecidas por el Gobierno Vasco en cuestiones medioambientales y de contaminación y que de no ser así estarían cerradas”.

He aquí una muestra clara de la disociación con la realidad a la que llegan la mayoría de los políticos cuando acceden a sus cargos. Los vecinos ven, sienten y huelen. La Administración por el contrario se apoya en verdades oficiales, en sus papeles y es que como dijo un periodista “no dejes que la realidad te arruine un buen titular”.

Rafael Hidalgo