La fábrica de expectativas

Prometieron participación ciudadana, un inmenso parque verde, ludoteca y parques cubiertos para niños y niñas, numerosos parkings, LESA abierto todos los días, la remodelación de Pinondo Etxea, proyectos maravillosos surgidos de la nada… y todo ello sin subidas de impuestos. Sin embargo, pasado ya el ecuador de la legislatura, resulta que estamos muy lejos de aquellas expectativas.

Los y las durangarras nos encontramos ahora con una desproporcionada subida del IBI, proyectos que se retrasan y cambios de opinión sobre proyectos estratégicos para Durango que, en los plenos dicen que no van a hacer, para a renglón seguido asegurar en prensa que están trabajando en ello, además de decretazos como el del cierre de la plaza Santa Ana. Todo ello junto con asuntos varios en los juzgados.

En cuanto a la participación ciudadana se limita a unos presupuestos con proyectos “cerrados”, sin salirse de la raya, o reuniones con grupos “exclusivos” elegidos a dedo y afines a su ideología. Pero no pasa nada porque si algo sale adelante será por su buen hacer. Y si no sale, la culpa siempre será de EAJ PNV.

Y es que para gobernar hay que contar con compromisos firmes, realistas y sobre todo viables, del propio ayuntamiento, así como de las instituciones competentes en cada caso, y no vender ideas sin maduración ni análisis de viabilidad alguno, proyectos inexistentes que están fuera de sus competencias, con el único fin de hacer ruido y generar expectativas, en vez de buscar la colaboración y el entendimiento para facilitar su viabilidad.

EAJ-PNV Durango