La Diputación confía en abrir en un año la nueva carretera entre Gerediaga y Elorrio

La nueva carretera que unirá Gerediaga y Elorrio y que evitará el paso de más de 12.000 vehículos al día por el centro de Zelaieta y por Apatamonasterio, será realidad el próximo verano ya que la materialización del proyecto está “cumpliendo los plazos”, según apuntan desde la Diputación de Bizkaia. La obra cuenta con un presupuesto de 212,5 millones de euros, aunque el plan no contempla la continuidad del vial hasta Kanpazar y, por lo tanto, su conexión con Gipuzkoa.

“El verano del año que viene se podrá poner en servicio y sin desviación económica alguna” el nuevo vial de la carretera que enlazará Gerediaga y Elorrio, según sostienen desde la Diputación Foral de Bizkaia. La materialización del nuevo tramo de la carretera N-636 prevé el paso diario de unos “12.200 vehículos, gran parte de ellos camiones de diverso tonelaje”.

La nueva infraestructura, con una longitud total de 6,4 kilómetros, arranca en la conexión con la autopista AP-8 a la altura del barrio abadiñarra de Gerediaga y enlaza con la variante de Elorrio que finaliza en la zona de Iguria. El vial contará en su totalidad con dos carriles por cada sentido de la circulación.
Para hacer realidad este plan,  las obras que han llegado a contar con la participación de unos 500 trabajadores al mismo tiempo, se están desarrollando “a muy buen ritmo” durante el periodo estival.

Las labores que se están ejecutando se centran en tareas de movimiento de tierras, drenaje y revestimiento de los túneles, así como en la obra de fábrica de conexión entre la nueva infraestructura y la autopista AP-8 y en los falsos túneles.

Enlace de Elorrio

En la actualidad uno de los puntos en los que se desarrolla mayor actividad es el movimiento de tierras en los desmontes situados entre el punto kilométrico 6 y el enlace de Elorrio. Esa zona requiere además la realización de un nuevo trazado para permitir tanto la conexión con la variante como el enlace con la actual carretera BI-632.

Los operarios continúan además con el hormigonado de revestimiento o la construcción de los alzados de la estructura de los cuatro túneles y falsos túneles.
Tres de esas galerías se sitúan en el barrio abadiñarra de Gaztelua, entre ellas la más larga del vial con una longitud de 1.141 metros, mientras que la cuarta es el falso túnel de Atxondo, de 95 metros de longitud.

La nueva infraestructura contempla también la construcción de tres enlaces o intersecciones, además de ocho viaductos.

Con la materialización del tramo entre Gerediaga y Elorrio tampoco verá la luz al final del túnel el que fuera denominado “Eje vial entre Bizkaia y Gipuzkoa” o “Corredor Durango-Beasain”. Y si hay luz, ésta parece muy tenue. Es decir que la conexión interprovincial por carretera parece que no se materializará en los próximos años.

Rescisiones y prioridades

De hecho dos son los obstáculos a los que se enfrenta el corredor y que se ubican tanto en Bizkaia como en Gipuzkoa. En este último territorio los anteriores responsables forales decidieron en febrero rescindir el contrato “del tramo Antzuola-Bergara de la GI-634” que se encontraban en la “fase final de ejecución”.

Para ello alegaron la aparición de “problemas geológicos imprevistos”, en una zona en la que se contempla la construcción de cinco viaductos que, a pesar de la rescisión del contrato, iban a ser terminados “en plazo”.

En Bizkaia el vial no tiene mejores perspectivas. De hecho el tramo que debe enlazar ambas provincias, en Kanpazar, está pendiente de la revisión del “segundo Plan Territorial Sectorial de carreteras de Bizkaia” que será el que “marcará las futuras prioridades de infraestructuras viarias”.

Ese tramo, de poco más de cinco kilómetros y medio que separa los finales de las variantes de Elorrio (en Iguria) y Arrasate-Mondragón (en Sara), evitaría el paso por el alto de Kanpazar o, al menos, debería mejorar el trazado. Por el momento, está por ver si la revisión del plan incluye ese tramo entre sus actuaciones prioritarias.