Una exposición recupera las obras que José Manaut pintó en la cárcel y durante su destierro en Durango

El pintor valenciano José Manaut Viglietti (Llíria 1898-Madrid, 1971) vivió del 5 de agosto de 1944 al 2 de septiembre de 1945 en Durango por su compromiso con la II República. Al finalizar la Guerra Civil fue condenado a doce años de prisión y esta pena fue conmutada posteriormente por una de seis años y un día de destierro –sin posibilidad de comunicarse con familia y amigos– en la localidad vizcaína.

“Aunque los primeros días fueron difíciles, Durango ha llegado a ser para mí como una segunda patria chica”, escribió Manaut en una carta de agradecimiento que envió a Leopoldo Zugaza al organizar este, en 1970, una exposición en su honor en las Salas Municipales de Ezkurdi. Aquella muestra ya incluía algunas de las obras que el artista valenciano pintó en aquella época de confinamiento. La mayoría formaban parte de colecciones privadas porque, para subsistir, el artista iba prácticamente de puerta en puerta vendiendo retratos y paisajes de Durango y alrededores.

Trece de estos lienzos, junto a otro de propiedad municipal, colgarán de las paredes del Museo de Durango hasta el 28 de octubre. También se exhiben una veintena de dibujos que realizó durante su presidio en cárceles franquistas. “Son obras que consiguió sacar de prisión, escondidas entre la ropa sucia, cuando su mujer le iba a visitar. Su hija Stella no las descubrió hasta el año 2000”, explicó la directora de este espacio, Garazi Arrizabalaga, quien ofreció una rueda de prensa acompañada por la responsable de Astarloa Kulturgintza, Ane Abanzabalegi.

Obra de gran relevancia

La exposición, titulada ‘José Manaut: Cárcel y destierro en Durango’, fue inaugurada ayer por tarde con la presencia de Stella Manaut. Durante el acto, el actor Félix Arkarazo leyó parte del diario que el pintor valenciano escribió durante su destierro.

Tanto los dibujos “carcelarios”, como los óleos y acuarelas, tienen una relevancia singular. Los primeros, porque apenas hay obra gráfica de las prisiones donde miles de presos republicanos vivían hacinados. Arrizabalaga destaca también que el diario y los catorce cuadros que pintó en Durango dan pistas de cómo un artista de izquierdas, republicano e intelectualmente comprometido fue integrándose en la sociedad local. “Pese a su ideología, su mejor amigo mientras vivió aquí fue un sacerdote, Aita Olazaran, del que hay un retrato en la muestra”, avanzó la directora.

Discípulo de Sorolla, Manaut fue durante la Guerra Civil militante de Acción Republicana, presidió Cultura Popular Valenciana y se afilió al Partido Comunista. Actualmente está considerado uno de los artistas más completos de su época. La Universidad Carlos III dispone de un importante archivo de consulta, donado por la familia, que le acreditan como un gran dibujante, pintor y escritor.