Una concentración denuncia la agresión que sufrió una mujer el fin de semana en Durango

“No es fácil acabar con la violencia machista porque está tan naturalizada que impregna toda nuestra vida y porque es necesario tomar conciencia y eso es siempre doloroso”. Integrantes del colectivo contra la violencia sexista Andereak de Durango realizaron ayer esta reflexión al término de la concentración que convocaron para denunciar la última agresión machista sufrida por una mujer en la localidad y el crimen de Aintzane Pujana en la localidad guipuzcoana de Aizarnazabal.

Varias decenas de personas y familiares de la víctima secundaron la protesta en el pórtico con el propósito de “denunciar la brutalidad de la violencia” y la “lógica perversa del patriarcado”.

También quisieron insistir en el mensaje de que los “celos y el control” no son amor.

El comunicado íntegro leído ayer por Andereak tras la concentración

Vomitemos el dolor y la rabia sobre las violencias

El pasado fin de semana un joven de Durango estampó una botella en la cara de su ex novia y le causó graves lesiones por las que tuvo que ser trasladada al hospital. También recientemente, Aintzane, una joven donostiarra, fue asesinada por dos jóvenes que la explotaban sexualmente.

Queremos denunciar la brutalidad de la violencia. Condenamos la atrocidad de las guerras, la violencia económica del capitalismo neoliberal y la violencia machista. Violencias todas cuyos efectos devastadores obligan a masas inmensas de personas y, a las mujeres violentadas, a desplazarse de su tierra y a dejar sus casas para ir a otro lugar donde poder vivir con seguridad y dignidad.

La lógica perversa del patriarcado es la lógica de la violencia como respuesta a los conflictos y como medio de perpetrar la posesión forzosa de los bienes y de las personas.

Esa dinámica asesina nos ha convertido a las mujeres en una subespecie propiedad del varón, a quien éste puede dominar a su antojo mientras a nosotras sólo nos queda resignarnos a ese destino fatal.

Idea arraigada

Creemos que esa idea está superada. Sin embargo, está profundamente arraigada en nuestros hábitos y costumbres. Eso es lo que explica la enormidad de violencia que sufrimos las mujeres y de la que acabamos de tener una muestra este fin de semana y en la Nochevieja de 2020 cuando Aintzane fue asesinada. Sumemos a ello la precaria conciencia social y la insuficiente respuesta institucional.

Ese pensamiento y esa lógica hace que las mujeres soportemos agravios, desprecios… Violencia de todo tipo con tal de mantener una relación. Hace también que confundamos celos y control con amor, y que lo aguantemos todo en silencio hasta quedar anuladas.

No es fácil acabar con la violencia machista porque está tan naturalizada que impregna toda nuestra vida y porque es necesario tomar conciencia y eso es siempre doloroso.

Pero aquí estamos para proclamar juntas con dolor y rabia:

¡Si te daña no es amor!

¡No más violencia en nuestras vidas!

¡No al patriarcado, No al capitalismo neoliberal, No a la violencia machista!