
Rafa Peñafiel le cogió el gusto a las acuarelas durante la pandemia. «Antes pintaba óleos y plumillas, pero me quedé sin lienzos. Al no poder salir de casa gasté todos los papeles que tenía de acuarela con la ventaja de que, además, puedes utilizarlos por los dos lados», relata este zornotzarra afincado en Durango desde hace décadas.
La muestra que abrió ayer en la sala de Ezkurdi, y que puede ser visitada hasta el próximo 29 de enero, inaugura el calendario expositivo de la Asociación Artística del Duranguesado. «Solemos turnarnos para que todos los socios tengan opción».
La producción artística de Peñafiel se ha disparado en los dos últimos años. «Habré pintado alrededor de 200 acuarelas porque durante la pandemia me acostumbré a sentarme todas las tardes. Antes lo hacía cuando iba al taller, pero ahora veo el telediario, me echo una pequeña siesta y me pongo con los pinceles».
En la selección que muestra en Ezkurdi se pueden ver 25 cuadros con paisajes de Durango –»desde Tabira al Olajauregi»–, 3 bodegones y una veintena de retratos de menores y adultos. De hecho, la faceta de retratista es la que más le apasiona en estos momentos. «Para mí es como un reto porque tienes que afinar mucho más en los detalles y las expresiones».
Cruz de Kurutziaga policromada
Otro elemento que también va a llamar la atención es una acuarela de 50×70 centímetros aproximadamente –la más grande de todas ellas– con la Cruz de Kurutziaga como protagonista. «La sorpresa es que he utilizado colores similares a los de ‘La última cena’, de Leonardo da Vinci, para pintar a la virgen y a los apóstoles».
La exposición se puede visitar de lunes a domingo, de 18.00 a 20.00 horas, y los fines de semana también de 12.00 a 14.00 horas.