Los dueños del mundo

EEUU, no desde hace poco tiempo sino desde su creación como país, se convirtió como garantes que se creen de la democracia y la libertad, en los dueños del mundo siguiendo la doctrina inicial del que fue su presidente Monroe, “América primero”, que con el paso del tiempo se ha convertido en “El mundo para nosotros, los enviados de Dios para poner orden en el Planeta”.

La última actuación de su intencionalidad la están teniendo con su posición ante el conflicto que viene ya de lejos entre Palestina e Israel con la visita de su presidente Biden que no refleja otra cosa que el apoyo incondicional de EEUU a Israel ante el genocidio que esta última emprendió contra el pueblo palestino desde la repartición de Palestina en 1948.

Y la intencionalidad de EEUU acerca de esa política de apoyo es clara y no es otra que la de constituir a Israel como figura interpuesta y garante de los intereses que el petróleo de la zona les suscita. Lo del terrorismo, el islam, los árabes y todas esas historias que se traen para vestir el muñeco no son otra cosa que eso, historias dignas de Walt Disney.

Fíjense en un dato puesto de manifiesto por el mismísimo Departamento de Defensa de EEUU. “Desde la Segunda Guerra Mundial, Israel ha sido el mayor receptor general de ayuda exterior estadounidense ya que desde 1951 hasta 2022 (el año más reciente del que existen datos) la ayuda militar estadounidense a Israel, ajustada a la inflación, ha sido de US$ 225.200 millones”.

Sí, no hay error: 225.200 millones de dólares USA para regocijo de la industria armamentística norteamericana y de los halcones judíos y todo ello para tener un brazo armado ahí, en el epicentro del granel del mundo del petróleo, no sea que alguna vez se pongan bravos y cierren el grifo.

Esa velada actuación la están representando ante el mundo con personajes de la catadura de sus últimos presidentes, que bordan su papel de idiocias. Ahí tienen a Bush Jr. (aunque el padre, más listo, cosa que no estaba difícil, tampoco era moco de pavo), Trump el rubio del peinado Luis Llongueras y el último al que le sujetan el esqueleto con variadas prótesis y que se descuelga con infumables expresiones tales como, refiriéndose al hospital destruido por un misil israelí que causó 500 muertos: “Por lo visto parece que lo hizo el otro bando, no vosotros, (dirigiéndose a Netanyahu), pero hay mucha gente por ahí que no está segura”.

También otra más reciente que es realmente dramática, dirigiéndose a su Congreso pidiendo más ayuda militar para Israel y Ucrania porque así “viviremos más seguros durante generaciones”.

Actuaciones de EEUU como esta última de Palestina no hacen sino refrescar ante la opinión pública –que así la quiera ver– cuáles son sus verdaderas intenciones acerca de su papel en el mundo que no es otro que el de ser los amos del mismo.

Rafael Hidalgo