Los desafueros de algunos hombres “normales”

El lamentable suceso que ha involucrado al ya ex director del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Kahn, pone una vez más de relieve algo que muchas personas se empeñan en negar: la violencia contra las mujeres es producto del machismo y no es atribuible, en ningún caso, a razones psicológicas, sociales o existenciales.

Que un hombre de la honorabilidad de Strauss-Kahn se abalance desnudo sobre una camarera y e intente violarla, aparte de escandaloso y delictivo, demuestra que hay hombres ???normales??? que pueden ser agresores en un momento dado sólo porque se creen con derecho a ???poseer??? (en todos los sentidos del término) a la mujer que les apetezca. Como si de un objeto se tratara. Sin tener en cuenta ni su libertad, ni su integridad, ni su dignidad. Ni, por supuesto, su intimidad.

Se dirá que DSK todavía no ha sido declarado culpable de los delitos de los que se le acusa. Cierto. Pero ningún estado, y menos el que se autoconsidera paladín de las libertades, retiene a tan ilustre personaje sin evidencias. De momento, hay acusaciones firmes por delitos graves. Y los medios de comunicación franceses están revelando todo su historial de acoso disfrazado de seducción.

Al margen de lo que resuelva la justicia, hay algo que resulta tan repugnante como el episodio en sí. Y es la ola de ???solidaridad??? que se ha levantado en torno al inculpado en determinados medios de comunicación: que si al ser firme candidato a arrebatar la presidencia a Sarkozy, tal vez se trate de una conspiración. Que si ha hecho una gran labor al frente del FMI, donde ha demostrado un talante muy humano y respetuoso con los derechos de los países menos desarrollados. Que si ha contribuido a controlar el poder de los grandes capitales sobre la economía mundial. Que si el baloncestista Kobe Byrant fue absuelto en un caso similar. Que puede que padezca de alguna patología de carácter psiquiátrico. Que si hay camareras en ese tipo de hoteles que están al acecho del millonario??? Todo esto y muchas cosas más, ofensivas para la víctima.

Incidiendo en estas muestras de comprensión, el colmo del disparate fue una pieza que dedicaba a Strauss-Khan el corresponsal en París de un periódico. La titulaba con una confesión del inculpado: ???Sí, me gustan las mujeres y qué???. ¡Como si para reafirmarse en la heterosexualidad hubiera que ir por la vida violando a toda fémina que uno encuentre apetecible!

Ultimamente se habla mucho de neomachismo. Un movimiento de vuelta atrás que está recorriendo el mundo en reacción a los avances sociales, educativos y legislativos en la igualdad de las mujeres. Sus rasgos principales se basan en posturas negacionistas de la violencia machista, argumentando, contra todo dato objetivo, que se presentan muchas denuncias de agresión falsas. También se suele expresar en cartas pastorales de obispos que ensalzan a la mujer en su papel de madre nutricia y esposa y acusan al feminismo de haber destrozado a las familias. O, revestida de una imagen más sofisticada y moderna, se plasma en el machismo soterrado que exhiben muchos jóvenes ???metrosexuales???.

Aquí, en el Estado, el manifiesto fundacional de esta ola reaccionaria lo firmó un columnista de prensa llamado Salvador Sostres que justificaba la reacción de aquel joven de 21 años que mostró a su madre por ???webcam??? el cadáver de su novia, a la que acababa de asesinar. Dice una de las frases más escandalosas del artículo: ???Porque hay muchas formas de violencia, y es atroz la violencia que el chico recibió al saber que iban a dejarle y que el niño que creía esperar no era suyo???. Una reacción normal la suya, a juicio del columnista. También para sus vecinos, era ???un chico normal???.

Vivimos el fin de unos tiempos. Esperamos una Tierra nueva donde habite la justicia