“Las divas de hoy en día son como modelos”

La joven duranguesa Vanessa Goikoetxea despunta desde 2010 como soprano en los circuitos internacionales. Acaba de romper el contrato que le unía con el Teatro de la Opera de Dresde para buscar nuevos horizontes como ‘free-lance’.

Su descubrimiento como soprano es curioso. O tal vez no tanto. En cualquier caso, sorprende la rapidez con que ha despuntado, si bien no le ha faltado inteligencia, esfuerzo ni apoyos. Su carrera, de todos modos, no ha hecho más que empezar.

Nació en Florida (EE UU), donde su padre trabajaba como pelotari. Al llegar a Durango siendo aún una niña recuerda que renunciaba a los recreos para recibir extraescolares de música. La oferta en instrumentos en el colegio San Francisco, donde estudiaba, se reducían a piano y acordeón. Se aficionó a este último instrumento. Cursó el Grado Medio en Durango y terminó el Superior en Bilbao. No fue hasta los 18 años cuando, tras ser invitada a participar en un coro del conservatorio Bartolome Ertzilla, la profesora de canto Agurtzane Mentxaka se fijó en las cualidades de su voz.

Un “rol comprometido”

Ella la alentó a ingresar la Escuela Superior de Canto de Madrid. Allí “se especializó en Teatro Lírico con la máxima calificación”, reza su currículo. Fue perfeccionándose entre estudios y actuaciones con becas de la Diputación y La Caixa. Como dato destacado, en 2010 resultó una de las 5  ó 6 candidatas aceptadas entre 200 solicitantes para formarse en la Hochschule für Musik und Theater de Munich. “Ahí empezó mi carrera de verdad”, subraya.

En los últimos tres años, ha progresado en los circuitos internacionales. Entró en nómina de la Opera de Dresde, una institución del nivel del Teatro Real de Madrid y el Liceo de Barcelona, escenarios estos últimos donde también ha actuado en los últimos meses.

En el teatro alemán ha destacado por su interpretación del papel principal en la ópera francesa ‘La Juive’ (‘La Judía’). Fue una propuesta que le llegó por sorpresa y todo un reto. Tuvo que preparar una partitura de 600 páginas en un tiempo récord. Aceptó porque suponía una gran oportunidad en su carrera. Superó la prueba en tres semanas. “Tuve todas las facilidades pero me sorprendí a mí misma cuando llegaron los ensayos y funciones y salió bien”.

Ensayos de ‘Carmen’

Esta ópera está aún en cartel. Se trata de un trabajo muy exigente, según explica. “No hay muchas sopranos que puedan interpretar este rol. Es muy comprometido. Cantas agudísimo y en cinco horas sólo tienes media hora de pausa. Gracias a él he aprendido muchísimo”. La duranguesa simultanea este espectáculo con los ensayos de ‘Carmen’, que se estrenará en septiembre. Hasta fin de año compaginará esta obra con ‘Alcina’ y ‘La Bohème’.

Recientemente renunció a su contrato con la Opera de Dresde, con el que colabora en estas obras, y actualmente trabaja de ‘free lance’. El tiempo que le queda libre lo aprovechará para ‘audicionar’ en EE UU e Italia, en busca de nuevas oportunidades. Porque tiene muy claro su objetivo: “Vivir del canto y disfrutar”.

“El físico es importante”

Hasta el momento lo va consiguiendo. “Cuando salgo al escenario me divierto y me lo paso fenomenal. Me encanta saber que hay un público que me ve y disfruta”. Ello es posible porque ha aprendido a dejar los nervios en el camerino, donde suele permanecer dos horas antes de la función maquillándose y peinándose.

¿En qué difiere una diva actual de las antiguas? “Las de hoy en día son como modelos, más modernas”. Como en otros ámbitos, “también aquí el físico es importante”. La voz, se les supone. De hecho, entre las sopranos “hay mucha competencia porque somos muchísimas”. Cada una aporta su matiz. Pero cuando le preguntan qué clase de soprano es, responde: “Soy soprano”. Además, aunque esto quizás no interese tanto, podría añadir: “Muy trabajadora y luchadora”, rasgos que, dice, le caracterizan.

Gira en Euskadi

De momento, su carrera le exige algunas renuncias. Su marido, Aitor Salgado, vive en Durango, aunque se ven a menudo. También sus padres. Ellos son sus principales apoyos. Recientemente ha permanecido bastantes días con ellos y se prestó a esta entrevista.

Volverá en poco tiempo. En noviembre habrá oportunidad de verla en las grandes salas de Euskadi (Euskalduna, Kursaal y Principal) junto a la Orquesta Sinfónica de Euskadi. Presentará el ‘Réquiem aleman’, de Brahms, un oratorio, en el que interpreta un aria “que es una joyita”. Hasta puede que la volvamos a escuchar también pronto en Durango, aunque de momento no da más detalles.

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