Yo he estado en el ‘Parque Jurásico’ de Landako

La exposición sobre la prehistoria de Landako Gunea es, ante todo, espectacular. Por eso, quienes se acercaron ayer por la mañana al recinto mostraban, al menos tanto interés en fotografiarse junto a los ejemplares animales y humanos expuestos, como en documentarse sobre los dinosaurios y el universo de los neandertales.

El contenido de la muestra se asemeja más a un parque temático que a un museo. Es, con toda seguridad, una buena opción para que mayores y pequeños puedan pasar juntos un rato entretenido.

Los niños y niñas se maravillan con los imponentes dinosaurios del Jurásico y el Cretáceo, recreados con todo detalle a tamaño natural y sus acompañantes adultos aprovechan la ocasión para fotografiarlos con estas extrañas criaturas. Las estrellas son el Velociraptor, el Utharaptor o el Triceratops, porque el terrible Tiranosaurio, aparte de su enorme porte, está posado sobre una plataforma que lo coloca a una altura inalcanzable.

Los niños pequeños tienen ocasión de entretenerse también con restos fósiles enterrados en arena, que les ofrecen la oportunidad de ‘excavar’ para identificar al animal de que se trate. Los más aplicados reciben su correspondiente diploma de arqueólogo. A los niños mayores se les brinda la oportunidad de practicar la pintura rupestre sobre la pared de una cueva situado junto a la aldea de los neandertales. Una vez terminados los trabajos pueden deleitarse con crepes de chocolate y palomitas recién hechos en un pulcro bar con su pequeña terraza.

Los que tragaban piedras

En la zona de dinosaurios, paneles con textos breves explican sus características, modo de vida, investigaciones que han permitido conocerlos más y las razones de su desaparición, entre otras informaciones de interés.

Y lo hacen de forma breve y entretenida. Destacan curiosidades como que los pliosaurios, nadadores extraordinarios, tragaban piedras para poder sumergirse. Esto no es algo extraño puesto que, se explica en otra cartulina, los saurópodos, ejemplares de cola y cuello largos, comían grandes cantidades de plantas y piedras, sin indigestarse.

El pase de un audiovisual sobre las investigaciones que se desarrollan en el desierto del Gobi (donde se han hallado multitud de fósiles de dinosaurio y científicos de varios países tratan de desentrañar algunos de sus misterios) es el punto de transición entre el particular ‘Parque Jurásico’ y la aldea de los cazadores de mamuts.

El ‘homo sapiens’

Merece la pena detenerse en el espacio de los neandertales, admirar las excelentes reproducciones de los individuos de esta especie, conocer su hábitat y sus costumbres o el lugar que ocupaban en la escala evolutiva, detalladamente descrita desde los primeros homínidos hasta el ‘homo sapiens’.

Por cierto, además de animales propios de la época como el gigantesco mamut, el oso de las cavernas o el rinoceronte lanudo, fielmente recreados, destacan en este apartado varios esqueletos de “homo sapiens” y “homo neandertalensis” y cráneos humanos, junto con unas pocas piezas representativas del arte y la religiosidad prehistóricas.

Una sorpresa en un rincón

Recorriendo cuidadosamente la zona, aparece una sorpresa en un rincón. ¿Quién es este espécimen en cuclillas que mira de reojo con expresión de sorpresa? ¿Será un personaje del ‘Planeta de los simios?’ Una inscripción en su base revela su identidad: ‘Lucy’. En efecto, se trata de la reproducción del ser humano más antiguo jamás hallado. Apareció en Etiopía en 1974 y costó que la comunidad científica la reconociera como homínido. Vista de cerca, y reparando sólo en su apariencia, no es difícil imaginar por qué.

El transcurso natural de la visita puede llevar a acabarla en el lugar donde ella se encuentra y examinándola detenidamente, justo después de haber repasado la progresiva transición de la vida animal a la humana, la impresión que le queda a una es la gran semejanza que guardamos todavía con las criaturas irracionales.

DURANGON. Noticias de Durango