Regalando sonrisas y atención

En una sociedad como la nuestra donde los mayores parece que cuentan cada vez menos, Cáritas de Amorebieta quiere reconocer su importancia mediante un servicio gratuito de acompañamiento a estas personas.

La iniciativa no es nueva. Según explica su coordinadora, Miren Gerrikagoitia, surgió hace años para compensar la falta de tiempo que las familias dedican a estas personas debido a su acelerado ritmo de vida. “En una sociedad donde el hombre y la mujer trabajan fuera de casa apenas hay tiempo para los mayores. Ellos cuidan a los nietos pero si enferman ¿Quién se ocupa de ellos? No digo que esto sea bueno ni malo, pero es lo que hay y a mí me parece que merece una reflexión”, explica Gerrikagoitia.

La falta de tiempo es un problema al que se une la escasa atención prestada. “Muchas personas mayores apenas salen de casa porque no hay quien les acompañe, pero tampoco se les escucha, parece que los hijos y los nietos lo saben todo y lo que dicen ellos no cuenta”.

Las voluntarias que desarrollan este programa sacan a los mayores a tomar el aire y además, según Gerrikagoitia, les ofrecen la oportunidad de abrirse a puntos de vista diferentes.

Normalmente se les visita un día por semana durante dos o tres horas y la asistencia se reduce a la compañía. “No solemos hacer cosas como llevarles a la peluquería, pero cada voluntaria se organiza como mejor lo parece y lo que le pedimos es que informe al grupo si hace algo más”.

“Nos vendría bien gente joven”

El equipo lo componen cinco personas que también son mayores. La media de edad es de 70 años. La coordinadora cree que esto es una limitación para algunas actividades. “Vendría muy bien que se acercara gente joven porque muchas de nosotras no tenemos fuerzas para empujar sillas de ruedas”.

Gerrikagoitia reconoce que el servicio no suscita mucha demanda. “He trabajado en distintos pueblos y me he dado cuenta de que los euskaldunes son un poco reacios a meter a gente desconocida en casa”. Y es que a veces el acompañamiento se efectúa en el propio domicilio, aunque también se visitan las residencias e incluso el centro de día, donde un grupo de mayores se reúne para charlar periódicamente con una voluntaria.

En su día dieron a conocer el servicio a la asociación cultural de la mujer y después a los médicos de atención primaria, pero no llegó mucha gente por estas vías. Lo normal es que el departamento de Bienestar Social lo ofrezca a los mayores que solicitan atención domiciliaria.

Este servicio no se presta en los pueblos cercanos. Lo más parecido que hay en localidades como Durango, Berriz o Elorrio es la pastoral de la salud dependiente de la diócesis. “Pero como el propio nombre de pastoral indica tiene un contenido religioso, mientras que nosotras prestamos atención a creyentes de cualquier religión y a no creyentes”, puntualiza Gerrikagoitia.

ZORNOTZAN. Noticias de Amorebieta