Vosotros ponéis las armas, nosotros los muertos

El atentado de este verano en Las Ramblas de Barcelona dio voz en las manifestaciones que le siguieron a gritos como el que encabeza este comentario, dirigidos a políticos que participaron en ellas.

Los ecos de aquellos gritos se han apagado con la ‘movida’ del Referéndum del 1-0 y la independencia. Pero están vivos.
Desde el Centre Delàs d´ Estudis per la Pau, según contó el 1 de setiembre el Diario Público, se contó que España es el séptimo país del mundo en el comercio mundial de armamento, solo precedido por USA, Rusia, China, Alemania, Francia y Gran Bretaña.

Un solo Banco, el BBVA, vendió 2.500 millones de euros en material militar entre 2011 y 2016. La empresa Sener, muy relacionada con Euskadi, es una de las más fuertes del mundo en el negocio de armas, y está dirigida por el empresario Enrique Sendagorta, destacado miembro del Opus Dei y autor de la obra ‘El Opus Dei como empresa humana y sobrenatural’.

Que el rey Felipe VI ha intervenido para conseguir un contrato de 10 corbetas de Arabi Saudí, por valor de 3.000 millones de euros. Y un bombero bilbaíno, a la hora de vigilar el embarco de 26 contenedores cargados de bombas con destino a Arabia Saudí cuyo destino sería la guerra entre este país y el Yemen, expresó su negativa a intervenir en este embarco por razones de conciencia, pero al ser amenazado con suspensión de empleo y sueldo entre 2 y 4 años, se resignó a obedecer, como se resignó también el alcalde de Podemos ‘Kichi’ por dar trabajo a los astilleros de Cádiz con las corbetas de Arabia Saudí.

La economía española, por lo que se ve, tiene en el negocio de armas y guerras una fuente de empleo y riqueza quizá de las más importantes o la más importantes. Y el capitalismo vasco tiene su parte importante en el negocio. Por algo, desde siglos atrás, las fábricas de armas han proliferado en Euskadi, y algunas villas reciben calificativos como “la villa armera”, Placencia de las Armas etc…

Euskadi, Bilbao y su puerto han puesto su grito en el cielo y su protesta en la persona del bombero que se negaba a participar en el embarque de 28 contenedores cargados de bombas para Arabia Saudí.

Honorio Cadarso es periodista

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