Ver para creer

Abro la edición digital del diario ‘El Correo’ de Bilbao del 26 de marzo y leo que “las embarcaciones tendrían que pagar entre 250 y 3.000 € en función de su eslora para acompañar a la gabarra formando parte de la flotilla que festejará el posible triunfo del Athletic en la Copa”. Rápidamente me he dado unos txalos para activar la circulación de la sangre porque no daba crédito a la noticia y he llegado (todo ello en rápida sucesión) a consultar el calendario para confirmar que estamos en el mes de abril y no en diciembre que es cuando al final del mismo suelen aparecer este tipo de noticias.

¿Cómo es posible que personas a las que consideramos serias y responsables, dirigentes de una entidad que maneja un presupuesto anual de 133 millones de euros sea capaz de parir una insensatez del tamaño de la que nos ocupa?

Es que, vamos, ni al que asó la manteca en la mano se le puede ocurrir semejante dislate por muy presidente del Athletic que sea, porque no nos engañemos ya que una iniciativa con este nivel de “creatividad” sólo puede estar avalada por la máxima autoridad del club.

En el más que improbable caso de que esta ocurrencia pudiera llevarse a la práctica estaríamos en puertas de poner peajes a las embarcaciones que navegaran por la ría, cuestión que por otra parte cada vez más complicada dada la epidemia que aqueja a nuestras preclaras autoridades de sembrarla de puentes.

No me imagino la alegría que para los ayuntamientos de Bilbao, Erandio, Barakaldo, Sestao, Leioa , Portugalete y Getxo supondría ver en su horizonte una nueva e imaginativa fuente de ingresos derivada del cobro de peajes por navegar por la ría. Eso aparte de que pondría en el mapa a todos esos pueblos ya que aparecerían en el Guinnes, el libro de los récords del mundo.

Rafael Hidalgo