Querido tránsfobo; estimada homófoba

Me dirijo a ti para contarte un par de cositas acerca del mes del Orgullo y el 28J, día del Orgullo Gay; El Orgullo, a secas.

A ti que preguntas cosas como “¿para cuándo un día del Orgullo Hetero?” o “¿por qué tienen que estar orgullosos de ser gays/lesbianas/transexuales/bisexuales?”. A ti que afirmas que “a nadie le importa con quién follan” o “pues yo me siento flor y no voy dando la chapa con eso”. Lo primero que vas a hacer es sacudirte tu poquito de caspa, ranciedad e intolerancia.

Para empezar, no es que estemos orgullosos de no ser heteros, en plan: “ser gay es lo mejor, lo-lo-lo-lo” o “el que no bote es un hetero de manual”. No, es que nos habéis puteado tanto y tantas veces durante nuestra vida; nos habéis empujado a los márgenes, insultado, vejado, acosado; nos habéis hecho creer que tenemos una enfermedad o que lo nuestro es oscuro y sucio. Por eso gritamos con orgullo que somos maricones, bolleras, trans… No nos avergonzamos, ese es el mensaje. Pero llamarle Día Internacional de No Me Avergüenzo de No Ser Hetero o Día Internacional de NMADSH quedaba largo, y raro. Y, además, tu opinión, en este caso, aunque te extrañe, no es relevante.

Por otro lado, tú que dices no importarte “con quién follamos” o “quién nos gusta”, piensa si, alguna vez, has tenido que ocultar tu identidad o tu orientación sexual. Me voy a arriesgar y voy a decir que nunca, ¿a que no? Pues que sepas que yo, sí. Muchas veces. De adolescente cuando mis amigos babeaban por una chica y yo no decía qué bueno está ese tío. O en el trabajo, cuando no hablaba con tranquilidad de lo que había hecho el fin de semana con mi novio. Se llama homofobia interiorizada. Lo del armario de toda la vida. No tienes ni la más remota idea de lo estrecho que es, no sabes cómo agobia estar ahí dentro.

Y eso que yo nací en Durango en 1984. Vamos, que para no ser hetero he tenido una suerte del copón, porque mi familia y mis amigos son muy abiertos y la legislación la tengo de mi lado. Vamos, que soy un privilegiado. Porque si hubiese nacido en otro país, otra época u otra familia mi vida estaría literalmente en peligro, simplemente por algo que me ha venido dado. Algo que a ti, ni te va ni te viene en el fondo. Porque ya me dirás en qué collons te influye con quién me acueste, con quién quiera acostarme, quién me atraiga o de quién me enamore. Pues en nada. Igual que lo tuyo a mí.

Porque no sé si sabes que, actualmente en 2022, hay más de 60 países donde la homosexualidad no está protegida. Al final del artículo te dejo un mapa para que lo consultes. Concretamente, en 43 países no existe ningún tipo de protección si te agreden, por ejemplo; en 30 podría pasarme hasta 8 años en la cárcel; en 27 de ellos hasta 10 años y en 11 me podrían condenar a muerte. Hagamos el repaso de en cuántos países está perseguida la heterosexualidad. Mmmm…en 0. ¡Tachán!

Por eso nos manifestamos. Porque estamos aquí os guste o no, y no vamos a callarnos. Por Francis, Moio, Ekai y tantas otras que fueron asesinadas/os o se vieron obligadas/os a quitarse la vida. Por tanta gente a la que agredieron, vejaron, acosaron, insultaron y marginaron. Por aquellos que aún sufren la homofobia y transfobia en tantos sitios. Porque no están solas/os. Con orgullo.

Mikel Uriguena es concejal de Herriaren Eskubidea-Ahal Dugu Podemos-Independienteak