Palabras y sólo palabras

Palabras y sólo palabras. A eso se viene reduciendo el debate ???sobre el Estado de la Nación???. Por cierto, que, en muchos de los territorios de nuestro entorno, se viene denominando a este tipo de de actividad parlamentaria como debate o pleno de política general.

Pero ya sabemos que el Reino de España es muy celoso de la ???indisoluble unidad de la nación española, patria común e indivisible de todos los españoles??? (artículo 2 de la Constitución  Española) o si no, que se lo pregunten a los catalanes que hace pocos días llenaron avenidas, calles y  plazas, poniendo de manifiesto la rancia caducidad del precepto constitucional en cuestión.

El caso es que lo que trasciende de las intervenciones de los parlamentarios, representantes de los distintos grupos políticos, es que deambula el Estado por la senda de la incertidumbre con la única certeza de que algo, o casi todo, no va bien. El presidente pierde, al menos aparentemente, apoyos en el hemiciclo, aunque al final, y a través del arte del birli-birloque, como nos tiene acostumbrados, volverá a sacar adelante la práctica totalidad de sus iniciativas legislativas.

De cualquier manera no corren buenos augurios para el Gobierno de Madrid. Con las elecciones catalanas en ciernes, mucho me temo que el Tribunal Constitucional ha hecho un flaco favor, tanto al Presidente como al President, de modo que, por mucho que se encuentren y reúnan, no podrán salvar el desencuentro que en materia de política territorial mantienen, en el concepto y la forma.

Pero volvamos al hilo del ???Debate???. No recuerdo, prácticamente, ninguno, que no haya merecido el calificativo de decepcionante para los medios de comunicación y, lo que es peor, para los ciudadanos que, además, se encuentran, en estos precisos momentos resacosos y felices, y poco propensos a la crítica.

Asusta, porque parece que esta vez sí va en serio pensar que, o retrasamos la edad de jubilación, o se incrementan (todavía más) las cuotas de cotización al sistema de la Seguridad Social, que el sistema no va a dar más de sí. Claro que, si no se crea empleo, el sistema revienta. Por lo tanto, prioricemos la creación de empleo, el incremento de número de cotizantes y contribuyentes, para evitarlo.

Es fácil escribirlo aquí, pero no tanto llevarlo a la práctica. Pero es igual de fácil subir al estrado del Parlamento y soltar un ???speech??? que nos deja fríos a todos, y volver a sentarse en un escaño, tan tranquilo, después de haber soltado palabras, y sólo palabras, sin definir ningún elemento concreto susceptible de soportar el menor análisis. 

Jon Andoni Bengoetxea es abogado y presidente de la Cultural de Durango