Nuevos tiempos, nuevas fórmulas

Los incrementos que ha experimentado la productividad en numerosas áreas del trabajo, sobre todo como consecuencia de la utilización de la informática a la que se ha venido sumar la distinta concepción que del tiempo libre están teniendo una buena parte de los trabajadores, ha hecho que cada vez se vayan utilizando más novedosas fórmulas de modos y horarios de trabajo para conciliar ambas cuestiones. Así se han puesto en práctica varias iniciativas como por ejemplo el teletrabajo, es decir, realizar el trabajo desde casa, el trabajo híbrido, que no es otra cosa que realizar el trabajo un día en la oficina y otro en casa y el trabajo a media jornada.

Otro modelo que se ha puesto en escena es el que se denomina coloquialmente como 100/80/100, expresión en la que la primera cifra significa percibir la totalidad del salario pese a trabajar el 80% del tiempo anterior, o lo que es lo mismo trabajar 4 días a la semana en lugar de 5, librando a voluntad el lunes o el viernes a condición de que se realice en esas 4 jornadas la misma cantidad de trabajo (ese es el segundo 100) que la que se realizaba en las 5 anteriores, lo que supone de hecho que la productividad a desarrollar debe aumentar en un 25%. En otras palabras se está diciendo que, por ejemplo, en lugar de hacer 40 horas de trabajo a la semana se hagan 32, realizando la misma cantidad de trabajo, condición “sine qua non” para recibir el mismo salario.

Ha existido otra fórmula que no ha resultado exitosa que ha sido las de condensar en 4 días a razón de 10 horas de jornada de trabajo diaria manteniendo los salarios, pero esta modalidad ha resultado un fracaso rotundo como ha venido a confirmar una vez más la experiencia que Bélgica puso en marcha recientemente.

De todas esas experiencias acerca de la aplicación de novedosas fórmulas del reparto del tiempo de trabajo y el lugar en que se efectúe el mismo, los salarios a percibir y las productividades a alcanzar, se desprenden algunas consideraciones tales como: estas fórmulas de “reducción” están cogiendo mucha aceptación en el mundo de las empresas pero, y aquí viene la segunda de las consideraciones, no es apto ni para todo tipo de empresas ni para todo tipo de sectores, por que la proliferación del tipo que hemos denominado de manera simplificada como de “reducción ” va a dar lugar a la aparición de otro tipo de trabajadores, que se vendrá a añadir a la de “cuello blanco”.

Rafael Hidalgo