Mujeres del mundo

Cincuenta personas (47 mujeres y 3 hombres, entre ellos el alcalde de la localidad), asistieron el miércoles 8 de junio a una charla en la que mujeres emigrantes y representantes de ONGs contaron sus experiencias en la promoción de la mujer en países de Asia y América y en Euskadi. El fin de fiesta, riguroso estreno en el lugar, fue un recital de danzas de la India a cargo de una bailarina del inmenso y superpoblado subcontinente asiático.

Pero no fue la única novedad del acto. Por primera vez quizá, una mujer musulmana expuso desde la presidencia las actividades que desarrolla en la localidad la primera asociación de mujeres musulmanas; por primera vez quizá entre el público de la sala se veían velos, tocados y ropajes de mujeres magrebíes, y a su lado sus hijos pequeños (porque las madres de familia emigrantes, a donde quiera que van, llevan de escoltas a sus niños pequeños).

El acto había sido promovido desde y por la corporación municipal, y fue moderado por una concejala; contó con la presencia de la responsable de asistencia social de la localidad. Signos todos del compromiso de la localidad con las luchas y la promoción de todas las mujeres de todo el mundo, en un gesto de solidaridad internacional que hasta hoy no se ha prodigado excesivamente entre nosotros.

Supimos de las luchas de las mujeres del estado indio de Benarés por aprender a leer y escribir y contar, de cómo sostienen la economía familiar con el dinero que ganan recogiendo basuras, mientras los hombres entretienen su vida emborrachándose, violando a discreción a las mujeres que se encuentran por la vida, y maltratando a sus esposas.

Supimos que según las estadísticas las mujeres del estado de Benarés tienen por término medio entre cinco y seis hijos cada una, y no disponen de los preservativos o anticonceptivos para una razonable planificación familiar.

Pudimos comprar primorosos pañuelos de dolores y seda confeccionados por las mujeres indias. Seguimos con fruición el ritmo de la música india y de los pasos de baile de la bailarina oriental, y decenas de móviles se encendieron para grabar las danzas que nos mostró.

Algo se mueve en nuestro país, se abren ventanas al mundo, se derriban fronteras y se acortan distancias. Una pena: solo tres caballeros asistieron al acto. Pero al menos las mujeres de todo el mundo hacen piña y se unen en un frente común.

Alguien dijo y escribió que “la mujer es el futuro del hombre”. Un futuro que empieza a ser aurora de un nuevo día.

Honorio Cadarso es periodista