‘Ave’ tú, que tienes la llave

Se produjo un vuelco en la situación, y cuando los romanos sucumbieron a las teorías cristianas que habían sobrevivido a Nerón y a los leones del circo, los apóstoles se disgregaron a lo largo y ancho del mundo, predicando la palabra de Dios.

Es evidente que algunas personas realizamos nuestra interpretación particular de la obra de los cuatro evangelistas y demás discípulos del rey de los judíos.

El desparrame fue tan exitoso que al cabo de los siglos, la Iglesia de los pobres (qué risa me da), tiene y mantiene cajas de caudales, un banco, posesiones terrenales, bienes inmuebles, muebles y el copón.

Mirando el mundo de reojo, pues no somos capaces de hacerlo de frente, vemos ahora que vienen huyendo miles de personas desde la tierra de promisión y por aquí nos ponemos a estudiar la mejor manera de echarles una mano.

Bien es verdad que no se requería tardar tanto en pensar, porque antes de refugiados ya había gentes deambulando por nuestras calles y durmiendo el el pórtico más grande del mundo, que esta vez no está en Bilbao, por extraño que parezca.

Así que no os dejéis enredar y vamos a ingeniar algún apaño, y al respecto, me vengo preguntando hace tiempo cómo es posible que de las iglesias, las basílicas y las catedrales se pueda hacer uso no más de dos o tres horas al día y en ocasiones a la semana mientras tenemos asociaciones humanitarias buscando cobijo para tanto apátrida.

La iglesia de los pobres consiguió sedes propias y se convirtió en la parroquia de los lugareños y posteriormente en los dominios del sacristán y poquito más.

Es la razón por la que de chiste malo sacamos conclusión buena y mandamos recado a cada uno de los virtuosos escolanos y párrocos de nuestra noble villa.

Que fuera un desmentido oficial o no sería lo de menos, siempre y cuando se diera, sobre aquellas pintadas que antaño se exhibieron en algunas de las paredes de nuestra localidad:

“¡Cristianos a los leones!”, “Con doña Juana la Loca vivíamos mejor”, “La Iglesia que más ilumina es aquella que mejor arde”.

A tiempo estamos de remediarlo.

Agustín Ruiz Larringan, herritar aktiboa.