Aparato

Me gustaría saber qué es eso que los grupos políticos vienen a denominar como “aparato del partido”. O, mejor dicho, me gustaría saber cuántas personas forman parte de ese “aparato”, qué es lo que hacen, en concreto, y, por supuesto, qué ingresos perciben por pertenecer al “aparato” en cuestión. Porque, realmente, ando hecho un lío con tanta información contradictoria que circula por los diversos medios y foros.

Por un lado, tenemos lo que dicen los “papeles de Bárcenas” y los datos filtrados del “Caso Gürtell”. Según éstos, parece que todo correligionario que forma parte activa en la dirección de ciertos partidos políticos goza de sobres repletos de dinero u otras prevendas y agasajos.

Por otro, observamos que incluso desde las filas de las juventudes socialistas, se ha alzado una fresca voz que censura los lujos, las pompas y boatos de los que disfrutan los dirigentes de los partidos tradicionalmente considerados como de izquierdas, por defecto, teóricamente austeros, y deliberadamente ajenos a todo exhibicionismo materialista.

Pero miren por dónde a la voz de la conciencia se le ha sumado un coro, también censor, no de la idea que en aquella subyace, sino de su portavoz. Algunos de los compañeros de la díscola izquierdista, denuncian que participa de una acomodada condición ganada, ¡vaya!, dentro del “aparato” organizativo del socialismo.

De ahí viene mi curiosidad. Aparentemente, lo que se deduce de todo esto es que, si alguien se integra en esa entelequia que es el entramado estructural de los partidos políticos, puede llegar a obtener pingües beneficios. En forma de sueldos y salarios, vehículos oficiales y dietas para asistencias a congresos celebrados en hoteles de cinco estrellas, y/o de la “otra” manera. Ya saben, en “B”.

Así que los simpatizantes y, sobre todo, los afiliados de estos partidos deben estar que trinan. Un poco como lo estamos todos, pero más a lo bestia, porque estos usos les han de tocar su fibra más sensible, acostumbrados, como están, a brindar un apoyo incondicional, moral y económico, a unas siglas que han de representar su ideario de modelo de sociedad.

Y, como yo, se preguntarán qué es eso del “aparato” del partido, y, a lo mejor, o a lo peor, qué es lo que tienen que hacer para entrar en él. O, yendo un pasito más adelante, cuestionarán si REALMENTE ES NECESARIO QUE LOS PARTIDOS CUENTEN CON TODO ESE PEDAZO “APARATO” para lo que realmente hacen.

¿No se lo preguntan ustedes también?

Jon Andoni Bengoetxea es abogado y presidente de la Cultural de Durango