La Jaed ha ayudado hasta junio a tantas familias como en todo el año pasado económicamente

La pobreza no es un fenómeno lejano. Existe y crece también en nuestro entorno. Uno de sus principales termómetros es la actividad de la Jaed. Esta agrupación ha ayudado económicamente en el primer semestre de este año a 105 familias, tantas como en todo 2011.

La mayoría de quienes solicitan aportaciones dinerarias son autóctonas (93 frente a 12 inmigrantes con varios años de residencia en Durango). Se trata de personas que han dejado de cobrar el paro y deben esperar un mes de media para acceder al subsidio y entre 4 y 6 meses para recibir la RGI (Renta de Garantía de Ingresos). “Lo nuestro es un ‘by pass’ hacia otras ayudas porque son las instituciones, Lanbide, quienes se tienen que hacer cargo de esto”, explica la portavoz de la Jaed, Covadonga Noval.

El apoyo económico suele ser puntual. “Lo normal es que cada tres meses se valore y si se ve necesario se amplíe dos meses más”, explica. En el primer trimestre (aún no han extraído los datos del segundo), se han distribuido 32.000 euros, casi el doble que en el mismo periodo del año pasado (17.000 euros).

“Acuden desesperados”

Noval revela que la situación de las personas que demandan ayudas en dinero “es muy mala”. Al tratarse de autóctonos, suelen gozar de apoyo familiar, pero éste “tiene un límite” y “cuando los parientes no pueden respaldarles acuden desesperados”.

El perfil es de mujer, de entre 25 a 50 años, en paro y con descendencia. “Nos llegan separadas o familias con todos los miembros en paro, jubilados con pensiones escasas, madres solteras, mujeres que sufren malos tratos. Pero quienes se nos acercan son las mujeres, que son las que soportan toda la carga”.

Otro apartado importante dentro de la labor asistencial de la Jaed es el reparto de alimentos. El año pasado se ayudó a 604 familias para cubrir esta necesidad  y en el primer semestre de 2012 las peticiones se han disparado: 491 familias, de 1 a 7 miembros. De ellas, 95 eran autóctonas y el resto inmigrantes.

A pesar del aumento de la demanda, si con la crisis el ritmo no se acelera, la Jaed confía en cubrir sin problemas las necesidades de este año. “Vamos equilibrando los ingresos. El Ayuntamiento amplió el convenio que tiene con nosotros y con esto y nuestros propios recursos nos vamos manteniendo”, apunta Noval.