“La ausencia de relevo generacional es el mal endémico de todos los coros”

El público de Durango siempre ha demostrado su gusto por la música. Pero ciertos estilos, como las agrupaciones vocales, padecen un “mal endémico”: la falta de relevo generacional. Un hecho que se agrava entre los intérpretes, según señala Jorge Trueba, director del coro de cámara Begi Argiak. Su formación acaba de realizar una captación de coralistas, que planean repetir este mes, en un intento de invertir esta tendencia.

Un coro de cámara está formado por un máximo de una quincena de ejecutantes. Al igual que sucede con una orquesta de estas características, su formato reducido está pensado para actuar en salas pequeñas, “como las que poseían los reyes renacentistas en sus palacios y residencias para escuchar música”, relata el director de Begi Argiak, Jorge Trueba.

La idea de embarcarse en este proyecto surgió a mediados del 2012 y “tras dejarlo madurar durante el verano, nos pusimos en marcha ese mismo septiembre con muchas ganas”. El mes pasado se cumplió, por tanto, un año desde su creación; un tiempo en el que ha habido un “baile de coralistas, con bajas e incorporaciones”, hasta alcanzar la decena de miembros que componen el grupo a día de hoy, “con dos o tres personas más haciendo pruebas”.

Para Trueba, que también dirige el coro de Arratia, el estilo de Begi Argiak “hace más hincapié en la polifonía y en las composiciones de los siglos XVII y XVIII, aunque abarcamos todo”. Como ejemplo, recuerda la reciente actuación a principios de septiembre en la localidad navarra de Viana, en la que, tras actuar en la Misa Mayor, realizaron un pasacalle en el que interpretaron “góspel, habaneras e, incluso, alguna bilbainada”.

Educar desde la infancia

A pesar de la ilusión con la que afrontan su futuro, no son ajenos al “mal endémico” que afecta a todos los coros del Estado: la falta de relevo generacional. Aunque Trueba no cree que sea tan grave entre el público: “Yo suelo ir con mis nietas a las actuaciones y van encantadas, pero hay que educarles desde la infancia”.

El mayor problema, a su juicio, es atraer a la juventud hacia la interpretación. “Entre los durangarras hay mucho interés cultural y musical, aunque tienden más hacia los estilos instrumentales”.

Sean jóvenes o adultas, Begi Argiak está abierto a la captación de nuevas voces y hace unas semanas realizaron una admisión de nuevos coralistas, convocatoria que piensan repetir este mes. “Los únicos requisitos son unos mínimos conocimientos de solfeo, ganas de cantar y el compromiso de acudir a los ensayos y actuaciones”, enumera Trueba.

Los ensayos se realizan los lunes, de 20.00 a 22.00 horas en sus locales de Landako. Hacia mayo o junio, planean demostrar lo aprendido en este curso mediante un concierto completo en el que desarrollarán “una pequeña historia de la polifonía, explicando qué es y cómo entender cada obra; seguido de una pequeña obra, una especie de poema sinfónico”.

DURANGON. Noticias de Durango