Etxepel reclama políticas sociales para que “todas las personas tengan un hogar”

Casi un centenar de personas se ha concentrado este mediodía en Ezkurdi en apoyo a la campaña ‘Nadie sin hogar es posible’ en un acto organizado por el centro para personas sin hogar Etxepel de Durango. Sus responsables han querido recordar que “Durangaldea no está libre de esta lacra que podría evitarse con políticas sociales comprometidas”.

Los asistentes a la concentración han portado unas caretas blancas aludiendo al hecho de que las personas sin hogar “son las más vulnerables y las más invisibles”. Tras la lectura de un manifiesto, se ha cubierto con unas mantas a tres mujeres que representaban a este colectivo, escenificando que dormían sobre cartones.

Esta actividad se ha realizado simultáneamente en 40 puntos de todo el Estado en recuerdo al Día de las Personas sin Hogar, que se celebra este domingo. “Es una situación dramática que sufre más gente de la que pensamos y que puede evitarse”, han asegurado el bilbaíno Alberto Estefanía y la mañariarra Mari Puy Inzunza, trabajadores del centro gestionado por Cáritas en Durango.

“Podríamos pensar que Durangaldea estaba libre de este problema gracias a nuestro nivel de vida, pero no es así”, ha asegurado Inzunza. “Es algo que comprobamos en el día a día, ya que tenemos a varios usuarios de la zona y sabemos que hay más a los que no llegamos”.

Al 50% por falta de recursos

En la actualidad, el centro asiste a una veintena de personas, más otras siete acogidas en dos pisos. En ambos casos hay lista de espera. “A esto hay que sumar que tenemos una pensión social disponible, pero que no podemos usar ya que carecemos de recursos. En total, podríamos dar servicio al doble de demandantes pero necesitamos que las instituciones den un paso al frente y apoyen este proyecto”, ha solicitado Estefanía.

“Pedimos un compromiso común por parte de las administraciones públicas, medios de comunicación, entidades sociales y la ciudadanía para impedir que haya gente que duerma en la calle”, ha reclamado.

Una situación que, gracias a Etxepel, ha abandonado Francisco José Gil, un gaditano que lleva más de una década en Durango y que se vio obligado a vivir varios meses en un coche. “Tener una vivienda te facilita acceder a los demás ámbitos de la vida, mejorar la salud y hacerte visible como persona”, ha declarado en la lectura del manifiesto.