El Pleno rechaza detener el desarrollo de nuevas unidades residenciales en Durango

PNV y PP rechazaron ayer una moción de Bildu y Aralar que buscaba detener el desarrollo urbanístico de Durango hasta que se lleve a cabo el diagnóstico participativo que pondrá en marcha el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). Para el parlamentario y concejal abertzale, Dani Maeztu, sería “alarmante” que se ejecutaran proyectos residenciales que contemplan la construcción de viviendas unifamiliares y que tienen su origen en unas Normas Subsidiarias de hace diez años, “cuando la situación socioeconómica era completamente diferente”.

La moción fue desestimada con el voto de calidad de la alcaldesa al no asistir al pleno el concejal Fernando Castillo. El grupo socialista apoyó dos de las tres peticiones que formulaban Bildu y Aralar -en la otra se abstuvo al tener dudas sobre sus “consecuencias”-, pero al darse un empate a diez, la propuesta no salió adelante.

En su primera intervención, Dani Maeztu quiso recordar que la segunda revisión de las Normas Subsidiarias de Durango fue aprobada en 2005, “en la época de la especulación y la burbuja inmobiliaria”. Por ello, la Corporación municipal acordó hace dos años encargar un diagnóstico participativo para el PGOU que “ni siquiera ha sido adjudicado aún”.

Pero el portavoz abertzale quiso ir más allá y expresó su preocupación ante la posibilidad de que el PNV quisiera aprobar, antes de finalizar la legislatura, la unidad residencial conocida como Kabilduoste. Situada entre San Roke kalea y la variante, contempla la construcción de doce chalés, cinco bloques de pisos de tres alturas y otros cuatro, de una planta más.

“Diseño para burgueses”

“Estamos hablando de un diseño urbanístico para burgueses mientras en Durango hay miles de personas que no tienen acceso a una vivienda y nuestro suelo, tanto el urbano, como el urbanizable, está prácticamente agotado”, añadió Maeztu, en referencia a los más de 2.000 durangueses inscritos en Etxebide y a las más de 1.500 viviendas vacías que hay en la localidad.

Desde el PSE, Idoia Agorria también apreció la necesidad de adecuar el planeamiento urbanístico “a las demandas de hoy en día, que se centran principalmente es el alquiler”. De ahí que instara a PNV a “ponerse a trabajar, ya que no podemos seguir viviendo en el mercado inmobiliario de hace quince años”.

Jon Bigen Landabidea, de Bildu, coincidió con Agorria a la hora de responsabilizar a los jeltzales de que “hayan pasado diez años y no se haya hecho nada. Esto es así -puntualizó-, porque el Equipo de Gobierno ve el Urbanismo como una forma de recaudar dinero”. Para el edil abertzale, que no se haya adjudicado después de dos años el diagnóstico participativo es “engañar a la ciudadanía”.

Es por ello que Landabidea insistió en la necesidad de iniciar los trámites de este proceso en el plazo de 15 días y en convocar “cuanto antes” a la comisión asesora de planeamiento municipal. “Durante el tiempo que se precise para realizar el estudio, que no se apruebe desarrollo alguno”, zanjó.

“Consecuencias jurídicas”

Por parte del PNV tomaron la palabra la alcaldesa y Goiztidi Díaz. Negaron, en primer lugar, que hubiera algún tipo de posicionamiento favorable a Kabilduoste -Maeztu les replicó que era “un informe del arquitecto municipal del 3 de diciembre”- y también aseguraron temer las “consecuencias jurídicas, incluso civiles”, de la aprobación de uno de los puntos de la moción. 

“¿Estamos dispuestos a asumir las responsabilidades que pudieran derivarse de esa aprobación?”, preguntó Aitziber en voz alta. La mandataria duranguesa también recriminó a Bildu y Aralar que hubieran enviado su moción, modificada, tres horas y media antes del pleno. 

El discurso más breve volvió a ser el del portavoz del PP, quien hizo referencia al “contundente informe del asesor jurídico de Urbanismo” para rechazar la moción. Bildu le recordó que la moción había sido modificada posteriormente, a lo que Juan José Gastañatorre respondió que, “después de haberla leído también”, seguía opinando lo mismo.