
La concienciación sobre el respeto a la naturaleza va calando en la sociedad, pero a veces se olvida que los espacios urbanos mantienen una biodiversidad propia que sufre un mayor castigo por la presión humana. Sobre este tema reflexiona el artista plástico y diseñador Rai Bikandi, que esta tarde inaugura la exposición ‘Durango New European Bauhaus’ en la sala de Ezkurdi.
El material que reúne la muestra se presentó al certamen New European Bauhaus Prize 2022, bajo el título ‘Durangoko hiri ibaigune parque/Parque fluvial urbano de Durango’. Este concurso está abierto a proyectos que buscan revalorizar los espacios naturales en entornos urbanos “tan dañados por la sobreexplotación social e industrial”, explica el creativo durangarra.
Para paliar estos efectos, Bikandi ha desarrollado iniciativas como bolsas de red para recoger plásticos o campañas sobre biodiversidad y prevención. “Empecé hacia el año 2017 con la instalación de carteles para que la gente no echara basura al río. Una idea que este año han recogido los colegios”, detalla. “Después, en 2019, realicé otra exposición sobre las especies animales en el entorno fluvial y la contención de residuos”.
Al año siguiente, en conjunción con la Agenda Local 21, surgió un programa para “desarrollar en la población una cultura de limpieza del río, a partir de la cual se han ido realizando sesiones de recogida de residuos, una de las cuales se va a llevar a cabo este próximo domingo”. Como colofón a todas estas iniciativa, la exposición que abre sus puertas hoy, a las 18.00 horas, reunirá el contenido presentado al certamen, “lo que también sirve para posicionar a Durango en este ámbito a nivel europeo”, resalta.
Este entorno natural “siempre está necesitado de apoyo y revalorización, porque al final es un curso fluvial que atraviesa un área urbana y recibe toda la presión de la actividad humana”, sostiene Bikandi. “Estamos en una zona central de Bizkaia con bastantes problemas medioambientales y necesitamos esforzarnos conjuntamente con todas las políticas que se están impulsando internacionalmente para conservar estos espacios”, añade.
Involucrar a la población
A pesar de que se dan avances en este aspecto –“ya no se ve a la gente echar tantas bolsas de basura, ni rastros de botellón al río como antes, aunque sigue habiendo casos”–, la principal solución para alcanzar mejoras de calado reside en “un cambio de hábitos que abarque a Durango en su conjunto. En definitiva, las aguas de todo el pueblo van a parar al río y cualquier cosa que se tire, cualquier papel, plástico o colilla que no vaya a la papelera, puede acabar en su cauce”, advierte.
Para evitarlo, es imprescindible mantener el foco en este problema “e involucrar al mayor número de población posible en el respeto a la naturaleza, como se hace en los colegios para formar a las generaciones que vienen. Y también, hace falta el mayor apoyo posible de la administración para financiar este tipo de iniciativas”, añade Bikandi.
El proyecto podrá ser conocido por el público a través de 5 proyectores que explicarán sus detalles mediante unos vídeos. La exposición permanecerá abierta en la sala de Ezkurdi hasta el 30 de octubre, de 18.00 a 20.00 horas. Además, los días festivos también se podrá visitar de 12.00 a 14.00 horas.
El que limpia no está.
El que está no es el que limpia.
Y como tú no eres quien limpia,
deja todo limpio como está.