El Ayuntamiento de Abadiño aclara que el magnolio fue talado por el dueño del restaurante

La tala de un magnolio, de más de 60 años, ha provocado numerosas reacciones en el barrio Zelaieta de Abadiño. Una residente en Zeletabe denunció hace unos días, a través de una carta a durangon.com, el ‘cadáver’ de este “precioso” ejemplar yaciendo en el jardín colindante al Palacio Galíndez. “Nos han cortado un pulmón”, protestaba, indignada, antes de recordar que “los árboles son patrimonio de la humanidad”.

Más dolida aún se encuentra otra vecina de la zona, que fue la encargada de cuidar el jardín del chalé que había allí anteriormente y que creció disfrutando de este magnolio. “Me dio mucha tristeza ver que lo habían talado porque lo conozco desde que tenía ocho años o así. Además, se veía que el árbol no estaba enfermo, que el tronco estaba bien”.

Segura de que era uno de los magnolios más antiguos de Abadiño, esta vecina recuerda también que no ha sido el primer árbol que han talado en los alrededores del templete en los últimos años. “Antes fue un tejo y también un pino”.

A instancias de este periódico, el Ayuntamiento ha querido subrayar que “no tiene nada que ver” en la reciente tala de este magnolio en Zelaieta. El teniente de alcalde, Toño Serrano, ha explicado que el árbol se encontraba en un terreno privado por lo que “su mantenimiento correspondía a su propietario”. En este sentido, hay residentes en la zona que cuestionan que el ejemplar estuviera en una propiedad privada, puesto que “se encontraba en la misma acera”.

Afección en el tejado del restaurante

Serrano también ha revelado que el dueño de esta parcela solicitó hace algunas semanas al Consistorio local que “cortara el árbol por la afección que producía en el tejado de su restaurante”. El alcalde, José Luis Navarro, le recordó entonces “que esta labor sólo podía ser efectuada por el dueño de esta parcela”.

Lo que desde la administración abadiñarra no han aclarado es si para poder talar un árbol en terrenos de titularidad privada hay que solicitar licencia y una autorización previa por parte del departamento de Agricultura de la Diputación, como sí ocurre en localidades como Ermua. También hay municipios vizcaínos que tienen su propio catálogo de árboles singulares que quedan sujetos a especial protección, algo que no nos consta que exista en Abadiño.