¿A qué te gustaría que se dedicaran los fondos municipales en Durango?

Es la pregunta que estudiantes en un máster de la Universidad del País Vasco (UPV) lanzan a la ciudadanía duranguesa para impulsar la participación ciudadana en unos hipotéticos presupuestos participativos.

Pero, ¿en qué consisten los presupuestos participativos? “No es más que una herramienta que facilita la democracia directa en el tema de los presupuestos municipales”, responden los universitarios. ¿Y cómo se consigue esto? “Posibilitando la participación de las asociaciones y de los particulares de distintos modos”, explica uno de ellos, Joseba Landa.

Lo que late en el fondo de esta iniciativa es “acabar con la desafección entre la ciudadanía y los políticos, que hace que la gente se limite a votar cada cuatro años para impulsar su participación en los asuntos públicos y una forma de implicarla es que colabore en la elaboración de los presupuestos”, señala.

La idea se puso en marcha en 2006. La alcaldesa, Aitziber Irigoras, por aquel entonces teniente de alcalde, contactó con el máster de Participación y Desarrollo Comunitario ‘Parte Hartuz’ de la UPV, para poner en marcha esta iniciativa, que había sido planteada por Aralar. Un grupo de estudiantes se desplazó a la localidad y realizó un diagnóstico social de participación que analizara las posibilidades reales de implicación ciudadana. El trabajo quedó ahí.

En noviembre pasado, otro grupo de estudiantes del máster, formado por cinco jóvenes, lo retomó con el objetivo de diseñar una metodología que permitiera desarrollar unos presupuestos participativos.

Lo primero que hicieron fue ponerse en contacto con distintas asociaciones, las más representativas en el ámbito vecinal, cultural, juvenil y social. Con ellas reflexionaron sobre su percepción de la participación ciudadana. “Se mostraron muy dispuestas a colaborar pero algunas eran pesimistas en cuanto a que ese proyecto se acabara convirtiendo en realidad”, matiza Landa.

Tres preguntas

Esta semana han querido extender el trabajo de campo a la ciudadanía y para ello instalaron un puesto en la delantera del pórtico de Santa María, con dos butacas una mesa y un panel donde los interesados pudieron dejar en “post-it”  de colores sus impresiones.

Muchas personas pasaban de largo sin hacerles caso. Otras se llevaban un papel que repartían para explicar el porqué de su presencia allí, que varios viandantes confundieron con las protestas del 15-M. Y las menos dejaban escritas sus opiniones en los paneles.

Se plantearon tres preguntas a la ciudadanía. ¿Se participa en Durango? Estas fueron algunas de las respuestas: “Hay formas de participar pero no son suficientes”, “Donde hay asociaciones sí, lo demás no”, “Todavía no lo suficiente, pero cada día más”…

Como segunda cuestión se les pedía opinión sobre el mejor destino de los fondos presupuestarios locales. Algunos sugerían: “Más ayudas sociales, pero bien controladas”, “a Servicios Sociales y Juventud”, “Un sitio público para que los jóvenes estuvieran bajo techo, parecido a un local, pero en vez de pagar nosotros que pagara el Ayuntamiento”, “Queremos cuentas limpias”…

Por último, se les consultaba sobre cómo participarían en la elaboración de unos presupuestos: “En algún grupo o foro ciudadano apoyado por expertos”, “Por medio de buzones, encuestas…”, “Aportaciones a través de correo electrónico (por falta de tiempo)”…

“Compromiso político”

Las conclusiones de este trabajo de campo con las asociaciones y la ciudadanía se expondrá y rubricará en una jornada sobre participación, que tendrá lugar el próximo sábado, 4 de junio, de 11.00 a 13.00 horas en el pórtico de Santa María y a la que está invitada toda persona interesada (más información: durangoph@gmail.com). Posteriormente, habrá otra sesión de formato más reducido el día 9 y ahí acabará el trabajo de este grupo de estudiantes. Su idea es presentarlo también a todos los grupos políticos municipales.

¿Y cómo se aplica? Aunque no hay una receta única para todos los lugares, sus ingredientes básicos son, según otro estudiante, Juan Moltó, “un diagnóstico de cada lugar, donde se analice con la ciudadanía qué problemáticas, deficiencias o deseos se plantean y se decida cómo invertir los presupuestos y cómo tomar esta decisión”. La forma de hacerlo sería organizar talleres, grupos de discusión o foros de debate “donde se establezcan criterios de priorización del gasto”.

¿Y qué se necesita para que estos mecanismos de participación funcionen desde las instituciones? “Compromiso y voluntad política”, dispara Moltó, quien previene, no obstante, de que “a veces se utilizan con fines estéticos porque suena bien”. Otro ingrediente sería “el consenso entre los partidos para que la iniciativa tenga una continuidad y no se trunque por intereses partidistas”.

Todas estas condiciones se dan en cantidad de municipios del Estado y de Latinoamérica donde la participación ciudadana en el reparto del dinero público se ha llevado a cabo y se sigue haciendo con éxito.

DURANGON. Noticias de Durango