Xabier Gaztelumendi, un joven pintor con aroma a clásico

El joven pintor durangués Xabier Gaztelumendi presenta en el Museo de Durango una exposición de sabor clásico, basada en una selección de su trabajo de cuatro años. Aborda una “temática muy personal” con la que trata de reflejar “el misterio de la realidad”.

Las ventanas del Museo permanecen cerradas para proporcionar a la exposición el clima adecuado, una atmósfera de gravedad y recogimiento que apela a lo metafísico: vida/muerte, juventud/vejez.

Las obras recuerdan a los grandes clásicos, si bien el artista, de 29 años, no se encasilla. Reconoce como principales influencias a Francis Bacon, Lucian Freud y Antonio López, aunque estudia muy de cerca a Velázquez, Rembrandt, Ribera, Carbonero, Pinazo, Fortuny, Sargent y Sorolla.

Las pinturas y dibujos que expone tratan sobre él mismo (en la colección hay un autorretrato) y su “realidad cotidiana y personal”: varios cuadros de sus padres y otras personas de la familia, entre objetos cotidianos y abundantes referencias a la soledad, el olvido y la muerte. A la entrada, aunque un lugar más discreto, dibujos en blanco y negro de corte más moderno y lienzos pequeños con apariencia más comercial.

Un “enfermo” del dibujo y la pintura

Gaztelumendi se formó en restauración de bienes culturales. Más tarde se dio cuenta de que prefería crear a enmendar obras ajenas. Ha dibujado y pintado desde siempre y ha encontrado el apoyo necesario en su entorno familiar. Su padre es anticuario, y su madre, especialista en Goya y Velázquez, con cantidad de obras sobre ambos genios del arte. También tiene un tío pintor.

Se califica como un “enfermo” del dibujo y la pintura. Está obsesionado con el dominio de la técnica. Hasta el punto, según dice, de que no escatima esfuerzos para contemplar la obra de los mejores en vivo y en directo. “Me gasté los ahorros para ver en el Museo Pompidou de París las obras de Lucien Freud”, pone como ejemplo.

Es uno de los artistas que tiene permiso para pintar en el Museo del Prado tomando como referencia la obra de grandes artistas. “Nadie te enseña a pintar, tienes que aprender mirando cómo lo hacen lo maestros y cuanto más les estudias más aprendes”.

Aprendiendo con Antonio López

También tuvo la ocasión de trabajar durante una semana con el artista español vivo más cotizado, Antonio López, en el Museo de Albacete. El propio pintor y escultor seleccionó a una veintena de candidatos entre setecientos interesados y él resultó uno de los afortunados. “Fue una experiencia muy buena. El te cuenta todo lo que tiene en la cabeza y con eso ves si vas bien encaminado o no. Le gustó bastante lo mío”, comenta sin darse importancia.

Trata de conseguir su sello propio y cree que no anda lejos de ese objetivo. Su trayectoria como artista es corta pero intensa. Esta es su primera exposición individual en un museo. Anteriormente ya mostró una selección de su obra en la localidad, pero lo hizo en las salas de Ezkurdi.

Se confiesa muy contento de poder volver a encontrarse con el público durangués y del trato recibido por el personal del Museo, que le ha editado un catálogo “muy bonito”. La exposición se puede visitar hasta el próximo 3 de diciembre.

DURANGON. Noticias de Durango