Una vía verde por el antiguo trazado del ‘duranguillo’

Están a punto de cumplirse 141 años del primer viaje del popular ‘duranguillo’. El ferrocarril que se construyó hasta Bilbao fue todo un referente en la expansión de este sistema de transporte, pero, al mismo tiempo, dejó una cicatriz profunda que ha condicionado completamente el desarrollo de Durango como urbe. Esto es así porque las vías del tren conformaron una especie de trinchera que separó en dos un municipio que, todavía a día de hoy, no ha podido deshacerse de ese molesto corsé urbanístico.

Se pensó erróneamente que cuando finalizara el proyecto del soterramiento, Durango liberaría los 60.000 metros cuadrados que siguen hipotecados en el espacio que antes ocupaban las cocheras y los talleres de EuskoTren. Pero han pasado once años de aquel primer viaje por el subsuelo y todo sigue igual a pesar de que la ciudadanía ha expresado en cuanto ha tenido ocasión su deseo de que se actúe lo antes posible.

¿Cuáles han sido los motivos de esa demora? Básicamente, las discrepancias que mantienen los partidos políticos que conforman la Corporación durangarra sobre la ordenación urbanística de los terrenos conocidos como el PERI Ferrocarril. Aunque todos coinciden en que la recuperación de las antiguas vías del tren es un proyecto “prioritario” para Durango, las posturas siguen enconadas.

Desde el PNV, por ejemplo, Mireia Elkoroiribe reprocha a EH Bildu y Herriaren Eskubidea que “hayan puesto trabas durante años, mediante la judicialización del convenio que lo hacía posible, y ahora quieran llevarlo a cabo, asumiendo el coste integral de las obras que pagaremos todos los durangarras y las durangarras sin asegurar primero la titularidad de la traza”.

En similares términos, el PSE destaca que “es un proyecto que podría haber estado hecho ya si no se hubieran interpuesto tantos procedimientos judiciales”, en alusión al actual Equipo de Gobierno. Jesica Ruiz cuestiona también que, en el acuerdo anterior, el Gobierno vasco iba a dedicar 2,2 millones a la urbanización de ese entorno, cuando, según lo pactado esta legislatura, “el coste lo va a asumir ahora el Ayuntamiento”.

“Irreversible”

Frente a estos posicionamientos, en EH Bildu y Herriaren Eskubidea se muestran exultantes: “Después de tantos años y tanta espera, estamos muy cerca de cerrar la cicatriz que aún hoy en día sigue dividiendo en dos a Durango”, se han felicitado la alcaldesa, Ima Garrastatxu, y el teniente de alcalde Julián Ríos.

Ambos consideran, además, que la situación “es irreversible”. “En los siguientes meses vamos a recuperar el trazado y convertirlo en una vía verde”, enfatizan.

La razón de este optimismo es que la transformación de la antigua ruta del ‘duranguillo’ está cada vez más cerca. El primer paso lo dio Euskal Trenbide Sarea al aprobar recientemente la “innecesariedad” del trazado ferroviario, un trámite previo a la cesión de esa superficie al Ayuntamiento. Al mismo tiempo, la administración local acaba de dar a conocer su propuesta de vía verde y ha sacado a concurso la redacción del proyecto del tramo de la traza ferroviaria más complejo, el que une Ermodo y Ollería, por un presupuesto de 36.000 euros.

El anteproyecto de vía verde que han presentado EH Bildu y Herriaren Eskubidea contempla un recorrido de 905 metros de longitud, sobre una superficie de 7.487 metros cuadrados, que discurrirá desde la calle Trenbide hasta el límite con Traña-Matiena. La idea del Ayuntamiento es ejecutar las dos primeras fases una vez que el Consejo de Gobierno ratifique la cesión. Estas son las que corresponden al tramo entre la calle Trenbide y Ermodo, y el de Ollería hasta Abadiño.

Puente peatonal

El primer ramal conservará las catenarias de las antiguas vías, “transformándolas en elementos de iluminación, en un guiño al paso del tren”. En el tramo Ermodo-Ollería destaca la transformación del puente metálico sobre el rio Mañaria en un paso peatonal, para lo que la administración durangarra deberá solicitar el permiso correspondiente a URA, y un pequeño de anfiteatro al aire libre en la zona anexa a Musika Eskola.

PNV y PSE han querido recordar que este anteproyecto tiene su origen en una experiencia piloto de diseño urbano colaborativo que se llevó a cabo con estudiantes de entre 14 y 16 años entre 2012 y 2013. “Fue un proceso liderado por EAJ-PNV con una amplia participación y consenso”, matiza Mireia Elkoroiribe.

En cuanto a los plazos que se manejan para estas obras, Jésica Ruiz pide “que no se lleve a engaño a la gente” porque todavía hay bastantes trámites pendientes. “Patrimonio debe certificar la innecesariedad del tramo y, por último, el Consejo de Gobierno lo debe aceptar”. Respecto al proyecto en sí, la concejala socialista advierte que “no es tan fácil como parece” porque el tramo entre Ollería y Ermodo debe contar con los permisos de URA “y no debemos olvidar que ahí está situada la famosa losa” del antiguo gaztetxe de Montevideo que la agencia recomendaba retirar “por problemas de inundabilidad”.

Desde EH Bildu y Herriaren Eskubidea no ven tantos problemas. De hecho, Ima Garrastatxu y Julián Ríos “creen posible que para comienzos de verano” puedan empezar a desaparecer los restos del antiguo trazado ferroviario.