Que nadie baile fuera

La accesibilidad es participación.

Durango está en fiestas, y da gusto verlo. Música, alegría, gente en la calle, ese ambiente que tanto echamos de menos el resto del año. Pero entre txosnas y kalejiras, quizá conviene parar un momento y hacerse una pregunta sencilla: ¿todas las personas pueden disfrutar igual?

Ojalá la respuesta fuera un sí rotundo. Pero no. Porque en Durango, como en tantos otros sitios, seguimos confundiendo accesibilidad con poner una rampa y listo. Y no, no va solo de eso. Va de poder leer el programa sin lupa, entender los carteles sin hacer un máster en interpretación de tipografías, escuchar un aviso sin perder media frase, o simplemente moverse sin obstáculos ni sustos.

La accesibilidad también tiene que ver con el idioma, con la lectura fácil, con que la información esté pensada para que todas las personas –todas– puedan comprenderla. Porque de poco sirve tener muchas actividades si no todas podemos enterarnos.

Lo curioso es que muchas veces hablamos de inclusión como si fuera una moda o un adorno. Hasta que un día nos toca. Una pierna escayolada, una vista cansada, un oído rebelde, o un texto municipal que parece escrito en otro planeta. Entonces, de pronto, entendemos.

Sería bonito que las fiestas también fueran un espejo de lo que queremos ser: un Durango amable, moderno y que piense en todas las personas.

Y mientras tanto, nuestros edificios públicos, que pagamos entre todas y todos, siguen sin dar ejemplo. Escaleras imposibles, carteles diminutos, trámites laberínticos… Y eso que la accesibilidad no es un lujo, es una forma básica de respeto.

Sería bonito que las fiestas también fueran un espejo de lo que queremos ser: un Durango amable, moderno y que piense en todas las personas. No solo en quienes pueden moverse rápido o entender a la primera. Porque la accesibilidad no resta alegría; la multiplica.

Imaginemos unas fiestas donde nadie se sienta fuera: donde se entienda todo y se pueda participar sin barreras. Una fiesta donde todas las personas tengamos sitio, literal y simbólicamente.

Porque al final, ¿qué sentido tienen unas fiestas si no las podemos celebrar todas juntas?

Herriaren Eskubideak-Grupo Independiente

Grupo municipal de Herriaren Eskubidea-Independientes de Durango