El PGOU de Amorebieta a examen

Con el TAV por el Sur y la Autopista por el Norte, crucificada por Eusko Trenbideak al sur del Ibaizabal y por el oeste con el ferrocarril Bilbao-Bermeo, Amorebieta, más que un pueblo, parece un suma de barrios desconectados entre sí, repúblicas independientes con fronteras y pasos a nivel.

Un colectivo de zornotzarras desearía que de una vez para siempre un nuevo Plan General de Ordenación Urbana contemplase y planificase para un futuro sin fecha, pero definitivo, la eliminación de esas barreras-fronteras que trocean el pueblo. Y se lamentan de que la nueva propuesta del PGOU no se haya atrevido a formular un plan en función de esa perspectiva.

Zubizabala se une al casco urbano mediante un ascensor sobre la estación y un puente para la circulación; Ogenbarrena, mediante un paso a nivel en la carretera de Lemoa y la zona de Tantorta mediante otro paso a nivel sobre la ruta de Bilbao. El barrio novísimo de Zubipunte accede al centro del pueblo mediante un paso bajo las vías del tren. Soluciones que este colectivo de vecinos califica de “chapuceras”, de “laberinto serpenteante” y que para hacer posible el paso aumentan y complican los recorridos entre los barrios.

En opinión de los promotores de esta propuesta, desaparecerían para siempre las barreras que separan Astepe, Zubizabala, Zubipunte y Tantorta del centro, y quedarían abiertos pasos entre todos estos barrios.

El colectivo de vecinos se ha atrevido a sugerir un trazado ferroviiario que siguiendo la ribera sur del Ibaizabal atravesaría el río, la carretera de Durango y la autopista A-8 en la zona del puente de Ibarra. Para ello se precisaría excavar una trinchera de tres metros entre Zubizabala y las vías actuales, un túnel de 150 metros bajo las casas de Urritxe, y otro de 60 metros en Arrrenabate.

Esta propuesta fue ya presentada en una asamblea informativa convocada por los redactores del PGOU. A falta de una respuesta comprometida, los redactores al parecer dejaron abierta una “rendija”, más que una puerta, para tomarla en consideración. Pero subrayaron que el soterramiento del tren resultaría muy costoso. Tal vez en aquel momento la propuesta de este colectivo de vecinos, que no contempla un soterramiento de todo el nuevo trazado, no estaba en los cálculos de los técnicos redactores del PGOU.

Honorio Cadarso es periodista