Mari Jaia jatorra

Volvieron las corridas de toros a Donostia
con el nuevo Ayuntamiento del PNV, tras la
prohibición de la anterior
corporación de Bildu. Pero de Bilbao
nunca se marcharon, sigue siendo una de las
plazas fuertes del arte de Cúchares, y
la ciudad eternamente fiel al PNV.

Aparte de su fe en Sabino Arana, y la
Virgen de Begoña, Bilbao sigue siendo
la ciudad cosmopolita, orgullosa de su equipo
cien por cien vasco en el que tienen cabida
futbolistas de Euskadi, Nafarroa y Errioxa. Y en
el torneo de pelota vasca de su Semana
Grande no se tendrá a menos de
entregar el trofeo al mejor pelotari que este
año ha sido David Merino, un riojano de
Villar de Torre.

Ciudad cosmopolita, que acunó al
vasco más español, y al
español más vasco y
más universal, de nombre Miguel de
Unamuno. O al otro poeta peregrino de todos
los marxismos, desde Cuba a Moscú y
Pekín, de nombre Blas de Otero. Con
su museo Guggenheim, cedido por la ciudad de
New York; con sus concursos de marmitako
festivos al estilo de cualquier aldea de la
Bizkaia profunda, sus bilbainadas medio
castellanas medio euskaldunes.

Y su Mari Jaia, esa mujer entrada en
años, de sonrisa tan ancha como su
busto y sus caderas y sus glúteos. Tan
vasca y tan cosmopolita ella también.

Mari Jaia no se asusta de los rifirrafes
clásicos de su Semana Grande. Dicen
que se indignó el Delegado del
Gobierno con la manifestación a favor
de los presos vascos y las clásicas
consignas subidas de tono de unos y de otros.
Pero Mari Jaia hizo la vista gorda.

Tampoco quiso acompañar al
alcalde que giró su visita de
cortesía a todas las “txosnas”,
“excepto a algunas de ellas nada afectas al
PNV y quizá más en la
órbita de Bildu”.

Mari Jaia no captó el detalle del
alcalde. Ella hizo como que no había
visto nada de los rifirrafes clásicos de
todos los años, y siguió con su
fiesta viento en popa, a toda vela. Más
atenta a unos rapaces ingleses hijos de
emigrantes vasco-burgaleses que no
salían de su asombro ante cosas,
festejos callejeros y espectáculos que
en Inglaterra no han visto nunca ni
verán. Y que no querían volver
a la Gran Bretaña, que preferían
quedarse a vivir en el pueblo de Mari Jaia…

A pesar de todos los pesares.

Y burla burlando sigue rodando la “zinta-
dantza” de las fiestas, y nos espera San Miguel
de Iurreta, y las fiestasde Izurtza, y los
Sanfaustos de Durango.

Bienvenidos los de las vacaciones
caribeñas o por el sudeste
asiático, los de la Costa del Sol, o la
Brava, o la del Azahar… ¡Ongi etorriak!

Honorio Cadarso es periodista