Los vencejos

Todas las aves, como no, tienen sus peculiaridades, pero las de los vencejos son de las de quitarse (sacarse, que dicen los catalanes) la txapela.

Veamos. Pasan la mayor parte de su vida en el aire, del orden de 9 meses al año, –el resto lo dedican en tierra firma a la nidificacion–, hasta el punto de que alimentándose de insectos voladores, duermen y copulan mientras vuelan, lo que confiere todo ello un alto grado de singularidad a estas aves que en nuestra península permanecen durante la primavera y el verano, transcurrido el cual emigran a África a una zona comprendida entre el ecuador y toda la parte sur sin llegar hasta el cabo Buena Esperanza, se supone que por aquello de las tormentas que  se desarrollan en esa zona. Llegan a ella a través de 9.000 km. de vuelo ininterrumpido lo que supone una característica mas a reseñar a la de estos de estos pequeños titanes de la naturaleza.

Miden unos 16 cm. y de punta apunta de las alas desplegadas alcanzan medio metro aprox. Pesan –y aquí una característica más a reseñar– 38 gramos, resultando inaudito que con ese peso dispongan de la energía suficiente para realizar todas las acciones descritas.

El Sr. Alberto Nuñez, más conocido por su segundo apellido, Feijóo, si tiene una altura de más o menos 1,80 m. pesará –dada su figura– del orden de 80 kg. lo que supone que pesa unas 2.100 veces más que un vencejo.

Si, digamos, su densidad de energía fuera la misma que la de los vencejos, la de este hombre sería descomunal y de aplicarla como presidente de España –a lo que es más que probable que llegue en las próximas elecciones dada la creciente derechización por un lado y por otra la incultura política y de la otra, en general, de la ciudadanía– da verdadero pavor cómo quedaría el país y la ciudadanía tras su paso como primer ejecutivo político de la nación. Esto es porque este hombre desde que ha llegado de su tierra gallega a la capital del Reino para asumir la presidencia del PP, ha dado muestras más que sobradas de que si de algo puede presumir es de una ignorancia enciclopédica y empleo ese término porque todo lo que ignora no cabría en la Enciclopedia Británica que consta de 32 gruesos volúmenes.

Rafael Hidalgo