La prisa mata

El refranero español, prolijo como él solo, siempre se muestra partidario de actitudes moralistas encomiando la rectitud moral, la laboriosidad, la diligencia, las nobles costumbres…, uno de esos refranes dice que “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”, animando al personal a ir con la lengua fuera en aras de esa espartana y cumplidora misión, que es no dejar nada para mañana porque eso no es bueno para la salud del alma.

Sin embargo existen otros puntos de vista más prosaicos acerca de ese exigente encargo como el de un  anuncio que en letras de buen tamaño en una playa mexicana decía así : “no hagas todo hoy. Deja cosas para mañana y así tendrás algo que hacer” en perfecta sincronía con otro dicho caribeño que sentencia que, “la prisa mata”.

Son maneras distintas de ver la vida y supongo que en buena medida influenciadas porque en un clima ecuatorial o cercano, las necesidades materiales pueden llegar a ser tan bajas que llegan a escandalizar –por falta de profundización en la idea– a gentes de latitudes más altas.

El clima no es de los de consumir muchas calorías, las necesidades de vestuario quedan completadas con una sudadera, un pantalón corto y unas cholas, pero sobre todo lo que marca toda una filosofía de vida es lo que decía ante, eso de que la prisa mata. Siguiendo con los mexicanos en esa filosofía, manifiestan que, “hay más tiempo que vida”, de modo aunque esas formas de entender la existencia no son compatibles con las exigencias de todo tipo que se dan en latitudes medias y altas, no echen en saco roto esa filosofía, mírenla de reojo y tómense un respiro que solo tenemos una vida aunque haya personas que se empeñen en que eso no es cierto.

Rafael Hidalgo