La pobreza avanza implacable

No hay sábado sin sol ni mocita sin amor, decían nuestros mayores antes. Ahora cambiarían la cita y con razón manifestarían que tras cada crisis económica las personas más desfavorecidas por la fortuna son cada vez más pobres, en tanto que los llamados ricos son cada vez más y más riqueza acumulan.

Seguro que lo dirían más en corto, pero con ese fondo. Consecuente con esta idea, la Estrategia Europea 2020 requería de España que redujera el número de personas con riesgos de pobreza y exclusión en 1,5 millones a partir de la anteúltima crisis –a la que dio el pistoletazo de salida la banca Lehman Brothers– en 2008.

La última la ha provocado el Covid-19 a la que se ha sumado la guerra provocada por la invasión de Rusia en Ucrania. 14 años desde la del 2008 y ya estamos pasando otras dos más. Y cabe preguntarse ¿y en esos 2 años transcurridos desde que Europa nos urgía a disminuir en 1,5 millones el número de personas más desfavorecidas, que ha pasado? ¿Cómo se ha ido cumpliendo el mandato/recomendación ? Pues no sólo no han disminuido los 1,5 millones sino que han aumentado en 1 millón más por lo que ahora han pasado de 11,5 a 12,5 millones el número de personas aquejadas de esta situación de riesgo.

Esta situación llevada a números relativos sobre la población total supone un 26% de la misma o lo que es lo mismo, una de cada cuatro personas de este país está sufriendo esa calamidad.

Pero para más inri, la cuestión se verá agravada cuando a los datos se sumen los derivados del Covid y la situación de guerra que se está produciendo en Ucrania. Y eso está ocurriendo en un país como España que ocupa la 4ª posición entre las economías europeas y la decimocuarta mundial, tras 6 años de crecimiento económico, lo que pone claramente de manifiesto que el sistema de protección social –responsabilidad del Estado– no se corresponde con el lugar económico que ocupamos entre los países del mundo.

En esta situación casi de crisis perpetua  (1973, 1993, 2008, Covid, guerra en Ucrania) se da la circunstancia de que los salarios reales sufren la mayor caída en 40 años mientras las empresas superan los beneficios previos al Covid, cuestión sobre la que la Patronal de empresarios pasa como de puntillas.

Esta dramática situación de una buena parte de la población del país es consecuencia de que ninguno de los partidos político principales que han gobernado el país desde la crisis del 2008 –uno de ellos más culpable que el otro– se ha tomado el tema con la seriedad que exige el caso y hora es de que uno abandone su política retrógrada al efecto y que el otro intensifique las acciones tendentes a mitigar esta terrible situación en la que se encuentra más de la cuarta parte de la población.

Las personas aguantan carros y carretas, hasta que dejan de hacerlo. Esperemos que esa idea llegue a los que tienen en su mano solucionarlo.

Rafael Hidalgo