Kurdas, ceutíes, 13 rosas

Al calor del grito desgarrado y enérgico de las mujeres de hoy, que nos viene desde todo el planeta, se han producido en el Duranguesado conferencias y convocatorias que repiten todas esas reivindicaciones.

Una socióloga del Kurdistán reseñó en el Auditorio de Zelaieta de Amorebieta las luchas de las mujeres kurdas en la primera fila del frente del Kurdistán por su independencia y su dignidad.  La televisión presentó imágenes escalofriantes de mujeres marroquíes cargadas con fardos de más de cuarenta kilos en filas como de hormigas llevando mercancía del lado de Ceuta hasta Marruecos por 20 euros, que arriesgan cada noche la vida si caen aplastadas por la fila de porteadoras, como ocurre con demasiada frecuencia.

Y se anuncia para el 15 febrero en Amorebieta  una conferencia de la experta economista e historiadora Nekane Jurado sobre la lucha de las mujeres en la guerra civil de 1936 y durante la República por defender los derechos de la mujer y de las clases trabajadoras. La que se ha llevado al cine con aquella película de Las Trece Rosas fusiladas en Madrid por aquellas fechas.

O bien se aplaude el gesto del colectivo de mujeres vascas que reclamaron a las puertas de los muelles de embarque de Bilbao el fin del comercio de armas que desde este puerto alimenta las guerras de Medio Oriente.

Frente a todas ellas, kurdas, marroquíes o convecinas nuestras, las fuerzas del Orden, los hombres reprimiendo, pisoteando, frenando los gritos de justicia igualdad y libertad, bajo las órdenes de una sociedad gobernada por el sexo que llaman “fuerte”. O decretando unos salarios vergonzosamente inferiores de la mujer frente al hombre en igualdad de condiciones…

A pocos días del 8 de Marzo, Día internacional de la mujer trabajadora que ya se ha agrandado hasta dedicarlo a la Mujer, el recuerdo de tantos cientos de miles de 13 Rosas, tantas mujeres rebajadas a mulas de carga entre Ceuta y Tetuán, tantas hermanas curdas disparando desde las avanzadillas contra la opresión, todos estamos llamados a solidarizarnos con ellas.

Honorio Cadarso es periodista